Konaka se inspiró en una leyenda urbana de Japón, la cual cuenta que existen enormes subterráneos secretos en el país insular en los que se escondían los altos funcionarios en la Segunda Guerra Mundial.
Está protagonizada por la joven Tomomi Miyashita, que en el guion original era tan solo una niña. Sin embargo, como en algunas debía aparecer desnuda y en Japón, como en muchas partes del mundo, está prohibido, cogieron a una actriz más mayor pero con aire infantil.
Takashi Shimizu rodó la película en tan solo ocho días, entre la promoción de La maldición y el rodaje de su remake, El grito.