A John Wayne le gustó tanto trabajar con Lauren Bacall en su primera película, Callejón sangriento (1955) que la eligió como la mujer protagonista para esta película.
Fue la última película de John Wayne.
Hubo cierta oposición ante la idea de contratar a John Wayne para esta película porque los productores pensaban que con 68 años era demasiado mayor para ser creíble como pistolero. Fue el productor Dino De Laurentiis quien insistió en que fuera elegido.
James Stewart llevaba cinco años sin hacer una película. Aceptó el papel del doctor para hacer un favor a John Wayne.
La película se ha comparado muchas veces con El pistolero (1950), cuyo papel principal le hubiera gustado interpretar a John Wayne, pero que en su lugar fue para Gregory Peck.