Crítica de SensaCine.com para Whore (Puta): ¿Solo es sexo?

El singular y controvertido realizador británico Ken Russell (Mujeres enamoradas, Tommy), que había comenzado su trayectoria artística como fotógrafo, contaba antes de dirigir Puta con una considerable filmografía tras de sí, habiendo dirigido biopics de músicos con un estilo extravagante y muy personal y adaptaciones/inspiraciones de fuentes literarias que también trajeron cola. En 1991, tras haber vuelto a concentrar su producción en el medio televisivo, Puta sería la excepción que confirma la regla hasta 2002, su único largometraje para cine en todo ese período.

Russell articula mediante una estrategia pseudodocumental el retrato de Liz, una prostituta que nos va contando su historia en primera persona y van intercalándose pasajes "ficcionados" de la vida de esta, de sus comienzos en la calle, de sus sufridas relaciones con los hombres, su decisión de hacerse autónoma... Tres décadas después de Vivir su vida de Godard y con envoltorio y fondos bien diferentes, Russell plantea un interesante mecanismo de aproximación a los peligros y reglas de la prostitución a través de una estupenda caracterización de Theresa Russell.

A favor: La autoconsciencia del personaje, la caracterización de Theresa Russell y las reflexiones que el filme logra poner sobre la mesa.

En contra: Una banda sonora demasiado insistente, el monólogo del proxeneta y el haber quedado eclipsada por la "versión hipermaquillada" de la prostitución que ofrece Pretty Woman.