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Elvis Del Valle
232 usuarios
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4,0
Publicada el 27 de diciembre de 2024
El productor Jerry Bruckheimer vuelve a traer a la vida la saga de Cat People 40 años después de que iniciaría con una de las películas más conocidas del director Jacques Tourneur. La secuela que tuvo la película original en 1944 no fue lo suficientemente satisfactoria para continuar la saga y Cat People quedo casi en el olvido. Con esta recreación de la película original decidieron revivir la saga y trataron de ofrecer algo más sensual y aterrador que la película de Tourneur. Algo que lograron conseguir fue ofrecer un buen elenco y una genial banda sonora que cuenta con una canción original de David Bowie. La película no se despega del suspenso y el factor psicológico, pero mantiene un buen ritmo para poder adentrarse más en la mente de Irena. La película original se enfocaba bastante en el desarrollo de la relación entre Irena y Oliver. Aquí no se enfoca tanto en eso y la película quería ofrecer una visión mucho actual para la historia. En la película original, los detonantes principales para la transformación de Irena eran el amor, la lujuria y los celos. Esta película aprovecha más los primeros dos. Muestran claramente como el deseo sexual y el afecto que Irena tiene hacia Oliver detonan la transformación que sufre ella y supieron desarrollar eso. Querían que la película fuera erótica para poder enfatizar bastante en ese deseo que convierte a Irena y su hermano en felinos, pero la película no se enfoca tanto en el erotismo y eso es utilizado al último momento. Por medio de los efectos especiales fue posible ver las transformaciones de humano a felino. En la película original no se podía ver a Irena transformándose y se jugaba más con la idea de que Irena o una pantera que escapo del zoológico era la que desataba el terror. Aquí prefirieron darle más importancia a la mitología que la película original ofrecía. La obra de Tourneur presentaba el mito basándose en una maldición hereditaria que obligaba a cierto individuo a convertirse en felino por medio del impulso sexual. El lore de esta versión ochentera es diferente y en ella la situación es al revés. Aquí más bien son los felinos lo que usan un disfraz humano que les ha sido otorgado por las almas de aquellos que les fueron ofrecidos en sacrificio. Claro que la escena de la autopsia y las transformaciones dan a entender que tanto la apariencia humana como la apariencia felina actúan como crisálidas. Al igual que en la película original, el impulso sexual es lo que detona la transformación, pero el único detalle es que esa transformación se puede evitar por medio del incesto. Esto se vuelve algo bastante fuerte para la mente de Irena y le da un cierto toque trágico digno de cualquier historia de la época griega o medieval que haya involucrado dicho tabú. Más perturbador es también el hecho de que estos felinos solo pueden tomar forma humana después de que matan a alguien. Esto es una buena adición porque la película original no especificaba si recuperar la forma humana era algo voluntario o algo aleatorio. Lo que no es muy claro es por qué Irena acaba aceptando su naturaleza felina tras aquella sublime secuencia del sueño donde descubre sus raíces. La película sin duda es prometedora al principio, pero ya cuando le toca a Irena ser el siguiente felino, la película pierde un poco el rumbo y cae en algo menos memorable. Quizás la falta de desarrollo en la relación entre Irena y Oliver es lo que hace que los últimos 30 minutos de película no generen tanta expectativa como al inicio. Así que Cat People (1982) es en parte mejor que la película original en cuanto la forma en que ejecuta el mito, pero también es una película poco trascendental. Es una recreación decente de una película clásica y solo eso. Valdría la pena verla por las estupendas actuaciones de Nastassja Kinski y Malcolm McDowell, los efectos especiales y la maravillosa canción original de David Bowie. Mi calificación final para esta película es un 8/10.