Don Froilán es párroco en un pequeño pueblo en el que se le conoce como 'Padre Pitillo'. El hombre tiene fama de gruñón, pero en el fondo es una persona compasiva y humanitaria, lo que se revelará al ayudar y acoger a la joven Rosita, quien tras ser cortejada por un muchacho ha sido abandonda al conocer de su embarazo.