El equipo del Seattle Grace sigue luchando, pero las condiciones no son fáciles. El accidente de avión condiciona para siempre las vidas de las doctoras; pero especialmente a Meredith. Tras aceptar a su hermanastra, el hecho de verla morir la cambia para siempre y la vuelve más oscura. Derek, mientras tanto, lucha contra sí mismo, viendo que su mano aún no le permite operar.
Por su parte, los ecos de la fusión de hospitales, despidos y también ofertas de trabajo hacen que el equipo del hospital se cuestione sus decisiones y un aparente futuro incierto.