Frank despierta del coma y comprueba, horrorizado, que su familia ha intentado devolverle al camino del alcohol. Ante eso, decide dejar de lado a los Gallagher y empezar su vida de cero con una nueva familia. Por su parte, es el turno de Fiona para dirigir la familia, aún así decidida a cumplir su destino como sea, sin que nadie se interponga en su camino, ni siquiera sus hermanos.
Eso será complicado ya que sus hermanos tienen todo tipo de vivencias disparatadas que necesitarán la guía de su hermana mayor.