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    Costó dos duros y resultó ser una obra maestra: una película de acción postapocalíptica que multiplicó por 300 su presupuesto y ahora es pura historia del cine
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    Dirigida por George Miller en 1979, la cinta distópica 'Mad Max' protagonizada por Mel Gibson era una película de bajo presupuesto pero reventó la taquilla contra todo pronóstico e incluso estuvo en el Guinness de los Récords.

    Convertida en una franquicia de cuatro películas -con una quinta en camino- y una indiscutible presencia en la industria del cine como consecuencia de su enorme influencia en una larga lista de creadores, nadie negaría a día de hoy que Mad Max es uno de esos filmes capaces no solo de hacer historia en el mundo del audiovisual, sino de pasar a formar parte de la cultura popular de varias generaciones, incluso de las que no habían nacido cuando se estrenó en 1979.

    Sin embargo, la cinta distópica australiana dirigida por George Miller y protagonizada por entonces todavía desconocido Mel Gibson que apenas había hecho sus primeros pinitos como actor, se hizo realidad como un proyecto de bajo presupuesto y sin grandes pretensiones. Con un equipo completamente ajeno al futuro que le depararía a la película en el mercado internacional y que afianzaría las carreras de los involucrados en Hollywood para cambiar sus vidas para siempre.

    Mad Max: Salvajes de autopista
    Mad Max: Salvajes de autopista
    Fecha de estreno 8 de febrero de 1980 | 1h 25min
    Dirigida por George Miller
    Con Bertrand Cadart, David Bracks, Mel Gibson
    Medios
    3,0
    Usuarios
    3,6
    Ver en Max

    Cuando George Miller comenzó a trabajar en Mad Max, prácticamente estaba dando sus primeros pasos. El cineasta australiano había estudiado medicina y estaba haciendo su residencia en un hospital mientras compatibilizaba su trabajo con su pasión por la realización de cortos junto a su amigo Byron Kennedy. Mad Max sería, de hecho su primer largometraje, así que no es de extrañar que apenas tuviesen recursos para sacarlo adelante. Para la coescritura del guion contrataron al también inexperto guionista James McCausland, a quien se dice que se pagó apenas 3000 dólares por ayudarles a sacar adelante su peculiar concepto.

    Aunque la productora australiana Roadshow Film Distributors estuvo interesada desde el principio, fueron Miller y Kennedy los que tuvieron que reunir el dinero para sacarla adelante, siendo el presupuesto final de la película de unos 350-400 mil dólares aproximadamente. Dos duros para lo que recaudaría tras convertirse en el éxito en taquilla que llego a ser: 100 millones de dólares recaudados, una auténtica pasada para 1979.

    De hecho, tal fue el éxito de la película que, durante décadas, Mad Max ostentó un Guinness de los Récords. El de ser la película más rentable jamás realizada hasta ese momento, un hito en el que no sería sucedida hasta 1999, veinte años más tarde, por El proyecto de la bruja de Blair. Hay que decir también que la acogida de Mad Max por parte de la crítica no fue unánime en aquel momento, aunque a día de hoy sea considerada por muchos como una obra maestra y sin duda es una película de culto que se ha ganado con creces su hueco en la historia del cine.

    La historia de Mad Max transcurre en las desérticas autopistas de una Australia postapocalíptica en la que el mundo ha dejado de ser tal y como lo recordamos. El mundo está sumido en una auténtica decadencia sin apenas, agua y energía, reina el caos y hay un único bien que se considera lo más preciado: la gasolina. En este escenario se desarrolla una guerra sin piedad entre bandas entre las que reina la crueldad y la violencia y que luchan por ser los amos de la carretera, y la fuerza policial que trata de mantener el orden en las carreteras. Al cuerpo del orden pertenece Max (Gibson), quien acaba convirtiendo su deber de justicia en algo personal.

    El éxito de la película daría lugar a una primera secuela -Mad Max 2- en 1982 y una tercera -Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno- en 1985, ambas dirigidas por Miller y protagonizadas por Mel Gibson. Posteriormente, en 2015, Miller volvería a su franquicia más famosa para dirigir Mad Max: Furia en la carretera, protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron y cuarta de la saga que supondría un enorme éxito. Actualmente, se espera una quinta película, Furiosa, planteada como un 'spin-off' precuela de la anterior y protagonizada por Anya Taylor-Joy.

    Con su influencia aún muy presente en diversas películas y series a lo largo de sus más de 40 años de historia, James Wan, James Cameron, Guillermo del Toro, David Fincher, Robert Rodriguez y un largo etcétera son solo algunos de los cineastas que han asegurado haber estado influenciados por la franquicia en algún punto de sus carreras.

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