El cine español, por lo general, no se ha destacado precisamente por profundizar en el género del fantástico. Y si acotamos al subgénero de espada y brujería (ya saben, Conan, El guerrero rojo, El señor de las bestias, Juego de tronos… (Sí… ¿No?) pues nos quedamos sin títulos. A bote pronto, recuerdo El caballero del dragón, uno de los desastres comerciales más sonados de nuestra industria (Miguel Bosé con armadura y un dragón, ¿qué podría salir mal? Los valientes la tenéis disponible en Prime Video), dirigida por Fernando Colomo, y El corazón del guerrero, una muy estimable fantasía heroica dirigida por Daniel Monzón.
Capa y espada en tierras vascas
Sin duda, nuestra industria se merece más cine de género, en general, y fantástico en particular. Es por ello que no podemos más que aplaudir hasta que se nos sangren las manos con el estreno de Irati, una cinta de aventuras y acción ambientada en el siglo VIII y que se alzó, nada menos, que con el premio del público y a los mejores efectos especiales en la pasada edición del Festival de Sitges.
En Irati asistimos a una época en la que el paganismo va dejando paso a un cristianismo cada vez más extendido. Es el momento en el que el ejército de Carlomagno atraviesa los Pirineos, siglo VIII. El líder de un valle solicita ayuda a una diosa ancestral: gracias a un pacto de sangre, intercambia su vida a cambio de la derrota del enemigo. Antes de morir hace prometer a su hijo Eneko que defenderá la vida de su pueblo hasta las últimas consecuencias.
Esta es la sinopsis de Irati, una película que podríamos calificar, sin duda, de necesaria, sobre todo en una industria carente de títulos que apelen a la fantasía. Además, ha llegado con el beneplácito de la crítica especializada. Por ejemplo, Javier Ocaña de El País ha dicho de ella que “la visualización de la magia, la calidad de los FX y el precioso epílogo dejan la película muy arriba”. Por su parte, Luis Martínez de El Mundo asegura que se trata de “una obra cautivadora y de muy bella rareza”.
La película se ha rodado en euskera, sin embargo, se proyectarán muy pocas copias en su idioma, siendo la opción doblada la más extendida. Una pena, ya que el idioma euskera propiciaría una mayor inmersión en una historia tan anclada a la mitología de todo un pueblo. Sin embargo, si queremos que se sigan haciendo este tipo de películas en España y que, incluso, lleguen a las salas de cine, debemos contribuir yendo al cine a verla. Además, un espectáculo de estas condiciones es lo que, sin duda, se merece.