En SensaCine nos tomamos la opinión de nuestros lectores muy en serio, por eso en las fichas de las películas ellos mismos pueden dejar su valoración a través de estrellas, de una a cinco. Como siempre se ha hecho, vaya. En primer lugar, en cuanto al género de la acción, se lleva la palma Gladiator. Estéis de acuerdo o no en que es la mejor película de acción de la historia del cine (todo el mundo sabe que es John Wick 4, pero quizá no estáis preparados para este debate), podemos coincidir, al menos, que se trata de un gran espectáculo de Ridley Scott.
Sin embargo, no es la película de romanos de la que, ahora, se prepara una secuela de la que queremos hablar. No. Tampoco de las dos siguientes, las que ocupan el segundo (El caballero oscuro) y el tercero (Vengadores: Infinity War) sino el cuarto puesto, una de las mejores películas de Brian De Palma que, sin embargo, no fue muy bien considerada en el día de su estreno: El precio del poder.
A una gran parte de la crítica estadounidense de la época no le hizo nada de gracia la violencia explícita de la cinta. Y sí, es cierto: es una película muy violenta, con escenas que no desentonarían en una cinta gore (la secuencia de la sierra mecánica aún me pone los pelos de punta cuando la recuerdo). En IMDb hay incluso usuarios que la califican como “la película de gánsteres más violenta de la historia”. Vista ahora aún impresiona el despliegue de violencia, pero quizá el paso del tiempo la ha ido atenuando.
Universal Pictures
Ojo, ahora estamos hablando de un auténtico clásico de culto, una cinta cuyas algunas escenas se han convertido en memes y que, incluso, puede mirar de tú a tú a vacas sagradas del subgénero mafioso como El padrino. Pero, repetimos, en su época fue masacrada: ¿sabíais quien fue nominado a Peor Director en los Premios Razzie de 1983? Efectivamente, Brian De Palma. Como curiosidad: al final se llevó el premio el director húngaro Peter Sasdy por la cinta The Lonely Lady. Que la historia hubiese ‘premiado’ a un titán como Brian De Palma como peor director habría sido imperdonable.
Pensamos que nadie necesita la sinopsis de una película como El precio del poder, pero por si acaso: en este remake de la cinta de Howard Hawks (Scarface, el terror del hampa), seguimos la carrera criminal de Tony Montana (Al Pacino), un emigrante cubano en Miami que quiere hacerse millonario a toda costa. De este modo, decide que lo más rápido es convertirse en narcotraficante, asociándose con su amigo Manny Ribera (Steven Bauer) y, poco a poco, ir escalando puestos en el hampa de la ciudad.
Si aún no has visto El precio del poder, no será por disponibilidad: podemos echarle un ojo en Netflix, SkyShowtime, Movistar Plus+ y Filmin. El precio del poder es una película sumamente influyente, no solo para el cine, sino, también, para los videojuegos (solo hay que echarle un vistazo a la saga de Grand Theft Auto, por ejemplo, sin olvidar que la propia película tiene adaptación a juego para consola y PC). Un clásico indiscutible que, como ha ocurrido con otras tantas, ha ido ganando el reconocimiento que debe con el paso del tiempo.
