Hija de Finarfin, príncipe de los Noldor, y de Eärwen, hija de Olwë y prima de Lúthien; hermana de Finrod Felagund, Angrod y Aegnor; miembro de la casa Real de Finwë... Llama como quieras a Galadriel, la más justa de los elfos, la más antigua de ellos, la abuela de Arwen, un personaje clave en la historia de El señor de los anillos que esconde en la sonrisa de Cate Blanchett (y de Morfydd Clark) mucho más que siglos de historia élfica y sabiduría. También, si sabes buscar, podrás ver los secretos de toda una raza.
Namarië
No es que JRR Tolkien inventara a los elfos, clásicos personajes míticos de Islandia o Inglaterra, pero sí les dio el tinte que necesitaban para convertirse en piezas clave de la literatura de fantasía moderna: elegantes, inmortales, provenientes de las laderas de Valinor donde finalmente regresarían, fluidos en los idiomas quenya y sindarin, inventados por él mismo. Sin Tolkien posiblemente juegos como Dungeons & Dragons no los tendrían como raza y las obras de fantasía no les habrían mitificado. Y gran parte de este amor por lo élfico radica, por supuesto, en Galadriel.
Cuando El señor de los anillos empieza, Galadriel tiene más de 7000 años (depende a quien preguntes: hay quien piensa que lleva viva 24000). Es la elfa más antigua de la Tierra Media que aún no ha ido a Valinor, y por tanto los cineastas quisieron hacer algo especial con los ojos de Cate Blanchett, que parecen reflejar la luz de las estrellas. Esto es debido a que es la última criatura en aquel lugar que vio la luz de los Árboles de Valinor antes de zarpar. Al terminar la película, decide tomar la decisión de volver, de una vez por todas, a aquel paraíso.
Hay que tener en cuenta que tras lanzar el Anillo Único al Monte del Destino, el resto de anillos se quedaron sin poder, y los elfos, al ver que todo perdía su característica luz, decidieron dejar la Tierra Media, dejando solo algunas razas en ella que apenas fueron relevantes en la Cuarta Edad del Sol, durante el Dominio de los Hombres. Para entonces, no se sabe del destino de Galadriel. Solo que sus ojos siguen reflejando las estrellas.