Muchas profesiones implican tener cierta forma física y seguir dietas especiales, como es el caso de los astronautas, cuya preparación conlleva multitud de pequeños detalles de forma obvia. Por otro lado, cómo olvidar todos esos rumores que envolvía los antiguos desfiles de Victoria's Secret. Había medios que aseguraban que "los ángeles" de la firma, algunos de ellos, se llevaban días sin comer nada antes de salir a la pasarela. Y otro oficio en el que los hábitos alimenticios y la forma física juegan un papel fundamental es en el de la interpretación, ya que dependiendo del rol que demande el guion la persona encargada de llevarlo a cabo puede verse sometida a cambios.
Una de las que pasó por ese aro y lo vivió con muchísima dificultad antes, durante y después fue Anne Hathaway cuando en 2012 se metió en el papel de la huérfana Fantine en Los Miserables, un trabajo por el que terminaría consiguiendo el Oscar en la categoría de Mejor Actriz de Reparto. Por igual, uno de los chicos de moda del panorama actoral, Jeremy Allen White, comentó hace semanas que la dieta que ha tenido que seguir para su papel en The Iron Claw no fue para nada llevadera.
De acuerdo a lo que la actriz confesó hace unos años al periodista y editor jefe en ese momento de People, Jess Cagle en su "podcast", The Jess Cagle Show, perdió más de 11 kilos en 15 días tras conseguir la parte. "Perdí una cantidad para nada sana de peso en apenas dos semanas. No tenía ni idea de nutrición. Le exigí mucho a mi cuerpo y al final el que terminó pagándolo durante mucho tiempo fue mi cerebro. Sentía mucha ansiedad y estaba muy perdida por aquel entonces".
La intérprete protagonista de títulos tan potentes como El diablo se viste de Prada, una película icónica de los 2000 en su género que lo petó entonces al igual que el "slasher" lo hizo en los 80, Brokeback Mountain, Princesa por sorpresa o Amor y otras drogas declaró a la misma revista que durante ese año había habido muchos cambios en su vida que no había terminado de saber gestionar: acababa de cumplir 30, algo que en su profesión puede tener muchas implicaciones por muy absurdo que suene, y además se había casado. No terminaba de encontrarse y a ello se le sumó esta oportunidad, pero claro al estar sumida en ese bucle no pudo gestionarlo todo de la forma adecuada.
De hecho, esto fue tan fuerte para la actriz que también afirmó que se trató de algo que le costó años superar a nivel físico y mental, por lo que a pesar de haber triunfado a lo grande fue incapaz de saborear el éxito de su trabajo en el momento y según sus palabras fue algo que lamentó mucho porque siempre creyó que si a ella le pasaba algo así sí que podría controlarlo.