Ferris Bueller en Todo en un día
Asomándonos al cine de los ochenta, y en concreto a uno de sus clásicos más memorables, nos encontramos con un listillo de libro que, aún así, se las apaña para caernos bien. El guión del siempre inteligentísimo John Hughes quiere glorificar la figura de Ferris (Matthew Broderick) pese a no ser más que un estudiante vago que hace novillos con mucho estilo, y por momentos lo consigue.
La principal herramienta para esto es la caracterización de Ed Rooney (Jeffrey Jones), el director de su instituto, que inicia una exhaustiva peresecución para pillar a Ferris. Un objetivo totalmente lógico dada su profesión, pero la película le otorga el papel de villano despiadado y le ridiculiza repetidas veces, erigiendo a Ferris como un gran héroe pese a que, observado fríamente, no sea más que un vago que encima trata a su novia y a su amigo Cameron con una llamativa condescendencia.
James Bond
El inmortal personaje creado por Ian Fleming surgió en un contexto muy específico, la Guerra Fría, como héroe frío y calculador que lucharía contra la amenaza soviética. Es por ello que el que siga actualmente apareciendo en películas se revela tan extraño y anacrónico; por ello los productores se han tomado tantas molestias en el 'reboot' de Daniel Craig que, sin embargo, con Spectre volvió completamente a sus grises inicios.
La figura de James Bond, en efecto, tiene poco sentido en la actualidad, incluso a raíz de su propia psicología. En efecto 007 es alguien encorsetado, clasista, misógino, materialista, cínico, violento y manipulador, y va a seguir siendo así por muchas relecturas que se le quiera dar. Incluso en el caso de que finalmente sea interpretado por una mujer; lo cierto es que el personaje sólo tiene sentido siendo hombre, blanco y heterosexual.
