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    Festival de Sitges. Día 8: Jean Dujardin se mete lleno en lo grotesco con 'Le Daim'

    El actor de 'The Artist' es el protagonista del último trabajo del inclasificable Quentin Dupieux. También vimos una locura llamada 'All about Yves' y el thriller 'El lago del ganso salvaje'.

    El Festival de Sitges está acostumbrado al cine bizarro del siempre provocador Quentin Dupieux. El cineasta y productor musical -que se labró una carrera a finales de los 90 bajo el pseudónimo de Mr. Oizo- pasó en su día por el certamen con la inclasificable Rubber (2010) o, también, con aquella divertida tontería llamada Wrong Cops (2013). En esta ocasión el francés ha conquistado al público con Le Daim, su última "ida de olla".

    En ella, conocemos a Georges -al que encarna Jean Dujardin- un hombre traumado y recién divorciado, que compra una chaqueta de cuero de segunda mano tras deshacerse de la suya tirándola por la taza del water (literalmente). Su obsesión por su nueva prenda llega a ser tal que cree que ésta le habla, e incluso le pide cumplir su sueño: acabar con todos los abrigos del mundo y ser la única. Tras hacerse pasar por un cineasta solitario en un bar, consigue camelar a la camarera del mismo que financie su película inexistente. Con este dinero tratará de convencer a la gente del pueblo para que se deshagan de sus prendas de abrigo, pero al ver que ésto no será suficiente comenzará a acabar con todo aquel que no cumpla su enloquecido deseo.

    Le Daim es, como casi todo en la carrera de Dupieux, extremo y extraño. Una comedia que podemos decir pertenece al llamado 'post humor', que causa perplejidad y risas en el espectador a partes iguales. Es verdad que es complejo entrar en la obra del cineasta francés y su forma de retratar, en esta ocasión, el descenso a la locura de un hombre solitario. Pero si uno sabe a lo que se va a enfrentar, es un producto completamente disfrutable y que ha levantado en más de una ocasión el aplauso del público de Sitges a lo largo de sus escasos ochenta minutos de duración.

    Para finalizar esta reseña, me gustaría recalcar la labor de Jean Dujardin en el que probablemente sea el papel de su carrera -y es que dicen que tiene tintes autobiográficos del propio Dupieux- como el falso cineasta Georges. Ojalá se lleve el Premio al Mejor Actor por este papel, que supone su reivindicación tras pasar por decenas de comedias "de medio pelo", las cuales protagonizó tras la oscarizada The Artist. Bravo.

    Más comedia absurda francesa con 'All About Yves'

    No nos movemos del país galo para hablaros de All About Yves, otra bizarrada de tomo y lomo, obra del realizador Benoit Forgeard. Si el año pasado lo pasamos en grande con aquella parodia de la vida de Cristiano Ronaldo que era Diamantino, este año tenemos esta comedia de ciencia ficción protagonizada por un rapero fracasado y su nevera inteligente.

    La trama parece sacada de un episodio de Black Mirror escrito por Joaquín Reyes: Jerem es un rapero fracasado que comienza a hacer uso de una nevera dotada con inteligencia artificial, que está en pruebas por la empresa que la fabrica. Además de hacerle la compra, el electrodoméstico poco a poco se irá conviértiendo en su amigo y consiga lanzarle al estrellato como una de los mejores artistas de rap de Francia. Su relación poco a poco se irá mermando e incluso el refrigerador se llevará el corazón del interés amoroso del torpe protagonista.

    La película es un crescendo de locuras a cual más grotesca: vemos desde un sanatorio de electrodomésticos para utensilios en desuso, un trío sexual entre dos personas y una nevera, una batalla de gallos en el patio de un colegio… El problema es que es el chicle acaba estirándose demasiado y todo acaba convirtiéndose en una broma pesada de excesiva duración que acaba crispando los nervios del respetable. Quizá con menos duración, este 'sketch' larguísimo, sería una divertida y liviana obra, pero a este cronista le acabó cansando. Cuando uno mira varias veces el reloj mientras ve una comedia: malo.

    Pausado 'thriller' llegado desde China con 'El lago del ganso salvaje'

    Toca hablar de la 'tarantiniana' película El lago del ganso salvaje -se cuenta que, cuando se presentó en Cannes, el propio Quentin Tarantino se levantó para ovacionarla- una pausada cinta de gangsters rodada por el chino Diao Yinan (Blac Coal). Estamos ante un ‘neo-noir’ montado muy al gusto del realizador de Tennessee, ya que la trama se nos cuenta en tres líneas argumentales: una lineal y dos a modo de 'flashback' de los protagonistas (el jefe de una familia de rateros de poca monta y una prostituta de los suburbios).

    El jefe de la familia es traicionado por la familia rival durante una tregua y matará por accidente a un policía, desencadenando una huída hacia adelante en la que tendrá que mirar por su propia vida y la de los suyos. Si bien es cierto que el ritmo de la trama centrada en la prostituta que le ayuda a salirse con la suya, es en los tramos en los que cae la película, el filme comienza a todo tren y tiene escenas realmente potentes. También, si habría que ponerle más puntos negativos, es que se alarga en exceso en su desenlace y termina desinflándose un poco.

    Un filme de muy bella factura y que tiene algunos planos secuencia rodados en los suburbios que dejan con la boca abierta, pero que, finalmente, nos ha sabido a poco porque esperábamos más y su argumento tampoco es que tenga nada nuevo que contar al curtido espectador.

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