Cannes gastó más de un millón de euros en test anti COVID

Más de 28.000 test covid en dos semanas. Es el balance del Festival de Cannes en el que gran parte de sus asistentes tuvieron que someterse a un test covid cada 48 horas. Eran gratuitos para los acreditados. Pero esta medida de control ha supuesto más de un millón de euros de coste para el Festival, según ha publicado Variety. 

Aunque los ciudadanos miembros de la UE podían librarse del test si tenían la pauta de vacunación completa, el resto debían pasar por las carpas desplegadas para realizar estos test, que se realizaban con saliva. Y sin embargo, todos estos procedimientos no garantizaban aún así la seguridad de no contagiarse porque la variante Delta, la más contagiosa, puede darse incluso con algunas vacunas ya puestas. 

Aunque las alaras sonaron cuando la actriz francesa Léa Seydoux, con tres películas a competición, canceló su viaje a Cannes después de haberse contagiado durante un rodaje, finalmente no hubo brotes en el festival, según declaró el director a Variety.

Además, el israelí Nadav Lapid presentó su película Ha’berech, en una rueda de prensa en la que no usó mascarilla, tras haber pasado por la alfombra roja y disfrutar de su sesión de gala el día anterior. Pero según publicó el diario El País, por la tarde su novia dio positivo en covid-19, y aunque el cineasta pasó el test, se recluyó y siguió su promoción usando Zoom. Algo confuso ocurrió también con la española Clara Roquet, directora de Libertad, presente en la Semana de la Crítica, no llegó desde Barcelona al estreno de su película en La Croisette por sufrir el coronavirus, pero tras la pertinente PCR negativa asistió a otros pases de su filme

Thierry Frémaux aseguró tras la clausura el 17 de julio que habían superado el reto "fue casi normal gracias a un protocolo inteligente y responsable", aseguró.

 Aunque no hizo referencia al coste que ha supuesto esta seguridad para el festival, sólo lo gastado en test es casi la mitad del presupuesto que tiene por ejemplo un Festival Internacional como el de Málaga.

Y aunque la primera semana hubo varias voces de alarma por las constantes imágenes de asistentes sin mascarilla -la realización de los test hacía que el público se relajase en las medidas de prevención- lo que obligó al festival a insistir en el uso de las mascarillas y que se matuvieran los protocolos de seguridad.

A pesar de ello se puede decir que el Festival ha superado el reto. Ahora todas las miradas están puestas en los siguientes grandes que están por llegar: Locarno, Venecia, Toronto, Nueva York, o más cerca, el próximo septiembre el Festival Internacional de San Sebastián.