En la cuarta jornada del Festival de San Sebastián ha tocado reírse. Y a carcajadas. El buen patrón, la sátira de Fernando León de Aranoa sobre el mundo empresarial, compite por la Concha de Oro con un colosal Javier Bardem en la piel de un jefe monstruoso. Otro de los títulos de la Sección Oficial que vemos es Distancia de rescate, la adaptación de Claudia Llosa de la novela homónima de Samanta Schweblin. El 'thriller', protagonizado por María Valverde y Dolores Fonzi, es un relato acertado que habla de la maternidad con un mensaje ecologista de fondo.
También ha sido el día -de nuevo- de Ryûsuke Hamaguchi. El director llega al festival por partida doble. Si ayer vimos su película antológica La ruleta de la fortuna y la fantasía, hoy ha sido el turno del filme del que solo se han dicho maravillas desde su presentación en Cannes: Drive My Car.
'El buen patrón'
Tres son ya las colaboraciones entre Fernando León de Aranoa y Javier Bardem. En 2002, su primer trabajo juntos Los lunes al sol (2001) se hizo con la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y también se alzó con cinco premios Goya incluyendo Mejor película, Mejor director y Mejor actor para Bardem. En 2017, director y actor volvieron a unir fuerzas en Loving Pablo (2017), filme en el que el intérprete se metió en la piel de Pablo Escobar. Ahora, casi diez años después de su primer proyecto en colaboración, Bardem y León de Aranoa compiten por el mayor premio del certamen vasco con la comedia El buen patrón, uno de los títulos de la Sección Oficial de la 69ª edición del festival.
Básculas Blanco es el escenario principal de esta historia: una empresa de básculas dirigida por Blanco, el personaje de Bardem, un estratega y un jefe dispuesto a cualquier cosa por mantener la pulcritud y la excelencia de su empresa de puertas para fuera. En vísperas de la visita de una comisión que podría otorgarle el premio local a la Excelencia Empresarial, el protagonista debe solucionar los problemas internos y externos de su equipo: un empleado despedido que acampa a la entrada de la fábrica manifestándose, una crisis matrimonial de uno de sus trabajadores que tiene como consecuencia fallos en la producción y la llegada de una nueva becaria que amenaza con poner en peligro su vida personal.
León de Aranoa, que también firma el guion del filme, firma con El buen patrón una gran y divertidísima sátira empresarial con un Bardem inmenso. No hay gesto, aspaviento, ademán, mueca y frase que el actor no ejecute de forma impecable. En manos de Bardem, Blanco no se queda solo en un hombre rastrero y despreciable. Quieres que gane en cada uno de sus tejemanejes. Incluso aunque estos sean delictivos y moralmente reprobables. Podemos ir preparándonos ya para escuchar el nombre del actor entre los nominados a los premios Goya.
En El buen patrón, a la entrada de Básculas Blanco, hay una balanza a modo de decoración que, por supuesto, siempre tiene que estar equilibrada. Con ella, León de Aranoa simboliza la situación en la que se encuentra la empresa a lo largo de la semana. Cuando la película empieza, a modo de vaticinio, la balanza se desequilibra por el peso de un pequeño pájaro. "A veces hay que trucar la balanza para que la medida sea exacta", dice el protagonista como metáfora de su arte para mantener la apariencia de su fábrica. En El buen patrón no hace falta trucar nada. A diferencia de lo que ocurre a la entrada de la empresa de Blanco, en lo nuevo de León de Aranoa la balanza siempre está equilibrada.
'Distancia de rescate'
Distancia de rescate es el nuevo trabajo de la directora peruana Claudia Llosa, nominada en 2010 al Oscar a Mejor película extranjera por La teta asustada (2009). El último proyecto de la realizadora es una historia sobre la maternidad y una crítica a la contaminación del agua vestida de 'thriller'. Amanda, el personaje de María Valverde, es la protagonista. Ella viaja junto a su hija Nina a una casa en medio del campo en Argentina, de avanzadilla antes de que se les una su marido. Allí conocen a Carla, a quien interpreta Dolores Fonzi, una vecina de la zona con un hijo llamado David que, tras intoxicarse con agua de un arroyo, fue sometido a un ritual de transmutación con el que perdió la mitad del alma.
El título del filme -y del libro- responde a las palabras que dice Amanda en el momento en el que su hija está jugando cerca de la piscina: "esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería".
Distancia de rescate se presenta ante el espectador como un sugerente rompecabezas: una conversación entre Amanda y David funciona como hilo conductor del filme. Sabemos que, en algún momento, ambos personajes se encontrarán en una terrible situación. ¿Qué ha pasado? Eso es precisamente lo que le pregunta David a Amanda todo el tiempo. Ella debe hacer memoria y recordar cada uno de los acontecimientos de los últimos días para dar con el momento en el que esa distancia de rescate no fue bien calculada. "No te despistes, Amanda". "Concéntrate, Amanda". "Los detalles, Amanda, son importantes".
La película, que también contiene tintes de terror y de fantástico, cumple con lo que se le pide a todo 'thriller': que te agarre desde el inicio y que te deje entregarte a su narración. Acertada y seductora, Llosa sabe ensamblar y mantener el interés del relato entre presente y futuro con la intriga como protagonista absoluta.
'Drive My Car'
En Perlak, la cuarta jornada del festival ha proyectado Drive My Car, una de las dos películas -también hemos podido su largometraje antológico La ruleta de la fortuna y la fantasía- del director Ryusuke Hamaguchi. En el Festival de Cannes, el filme se alzó con el premio a Mejor guion.
Esto es lo que te contamos de ella durante nuestro paso por el certamen francés:
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