"Cuatro detectives de cuatro épocas diferentes se encuentran investigando el mismo asesinato en Londres". Es la premisa de Cadáveres, Bodies en su versión original, la nueva miniserie británica que acaba de ver la luz en la plataforma de 'streaming' Netflix y que muchos ya están comparando con Dark, la ficción alemana que levantó pasiones en la plataforma de 'streaming' con la emisión de sus tres temporadas entre 2017 y 2020.
Con una una temporada autoconclusiva, Cadáveres consta de ocho episodios de aproximadamente una hora de duración y que no están recomendados para los espectadores más jóvenes. Desarrollada por el guionista británico Paul Tomalin para la plataforma de 'streaming' como adaptación de una novela gráfica homónima del sello Vertigo, la serie ya ha sido objeto de las primeras críticas, que coinciden en que se trata de una historia poco convencional que atrapa desde el primer momento. No obstante, tal y como ocurrió en su día con Dark aunque sus tramas son muy diferentes, la parte más enrevesada de Cadáveres puede funcionar en direcciones rádicalmente opuestas y atraparte o provocar que no quieras volver.
Ambientada en cuatro épocas distintas y con personajes interconectados entre sí, en Cadáveres pasado, presente y futuro se mezclan para crear un bucle temporal que es necesario romper. Las historias se desarrollan entre 1891 y 2052 y comienzan cuando cuatro policías -en 1890, 1941, 2023 y 2053, respectivamente- descubren el cuerpo de un hombre desnudo, herido de bala y en el mismo exacto lugar de Whitechapel.
¿Cómo llegó allí? ¿Cuál es el vínculo entre estos diferentes investigadores? Ellos son los Detectives Hasan (Amaka Okafor), Maplewood (Shira Haas), Whiteman (Jacob Fortune-Lloyd) y Hillinghead (Kyle Soller) y, sin saberlo, todos pondrán su granito de arena para destapar una conspiración que se remonta cien años en el tiempo.
Pero hacer que todo encajase no fue tarea fácil: "[Lo más complejo fue] La lobotomía absoluta de descubrir cómo iba a entrelazarse todo", admite el creador de la serie en declaraciones a Cosmopolitan UK. "No había nada que pudiéramos hacer aparte de agarrar nuestras manos como equipo, saltar juntos por el acantilado y esperar no estrellarnos. Fue un proceso de mantener la fe y saber cuándo funcionaba y cuándo no".
"Espero que los espectadores sientan que llegan de un viaje o de un trance", asegura Tomalin sobre lo que espera que los espectadores sientan una vez completada la historia. Una historia que necesitarán ver de cabo a rabo para comprender: "A la mañana siguiente, los quiero llenos de gratitud y arrepentimiento por quedarse despiertos hasta tan tarde para ver la serie. No quiero que la saboreen, quiero que la empiecen a las 10 de la noche y que al día siguiente tengan los ojos llorosos y sufran, diciéndoles a todos lo buena que es".
