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    Dana Delany, de 'El cuerpo del delito': "Me encantaría volver a 'Mujeres Desesperadas"

    La inolvidable Katherine Mayfair de Wisteria Lane se transforma en forense con mano de hierro en la serie que Fox estrena el 18 de febrero a las 22.50 horas, un mes antes que en EE UU.

    Es imposible pensar en Dana Delany (Nueva York, 1956) y olvidarse de su magnífica actuación de Katherine Mayfair en 'Mujeres Desesperadas'. Parece mentira que esta ganadora de dos premios Emmy -por la serie ochentera 'Playa de China'- haya superado la barrera de los 50. De hecho, cualquiera pensaría que ha hecho un pacto con el diablo. Ropa ajustada, gesto impecable y un cutis perfecto que, según nos han dicho, se debe a que cuida su alimentación y procura no acostarse tarde.

    En su visita a Madrid con motivo del estreno de 'El cuerpo del delito' -en Fox desde el viernes 18 de febrero a las 22.50 horas, más de un mes antes que en EE UU-, no ha perdido la ocasión para presumir de iPad. Cuidadosamente protegido en una finísima funda de cuero rojo, Delany lo ha utilizado para aprenderse los complicados tecnicismos médicos que utiliza su personaje. En la serie, Delany interpreta a Megan Hunt, una neurocirujana de prestigio obligada a reconvertirse en forense tras un accidente de coche y a sobrellevar el divorcio de su pareja y el distanciamiento con su madre y su hija. Muy al estilo de 'House', Hunt hará lo inimaginable para descubrir la verdad tras los asesinatos, lo que le acarreará problemas con sus superiores y el cuerpo de policía. Entre los buenos destaca además Sonja Sohn, Kima Greggs de 'The Wire', que aquí da vida a la detective Samantha Baker.

    Aunque ya ha estado dos veces Madrid -y ha visitado sus museos más importantes-, la también voz animada en EE UU de Lois Lane -la novia de Superman- nos habla de todo como si se tratara de una nueva aventura, de un aprendizaje constante. No se arrepiente de haber rechazado el papel de Carrie Bradshaw en 'Sexo en Nueva York' -que hizo mundialmente famosa a Sarah Jessica Parker-, deja caer un posible regreso al conflictivo barrio de Wisteria Lane, y hasta revela su admiración por Blake Lively y Leighton Meester, las jovencísimas protagonistas de 'Gossip Girl'.

    ¿Echa de menos Wisteria Lane tras tres años en el vecindario?

    Echo de menos a las personas. Fue un grupo estupendo de gente y también echo de menos lo fácil que fue. Trabajaba unos dos, tres días por semanas y ahora en 'El cuerpo del delito' estoy 15 horas al día, salgo en todas las escenas y es mucho, mucho trabajo.

    ¿Cómo definiría su personaje en la serie?

    Creo que es muy obstinada debido al hecho de ser mujer y haber empezado como neurocirujana. Cuando preparaba la serie pude hablar con una de verdad y me contó que para convertirte en neurocirujana tenías que decir que ni te ibas a casar ni ibas a tener hijos. Me explicó que tuvo que esconder su embarazo para que sus superiores entendieran que vivía para su trabajo. En cambio, el marido de mi personaje se divorcia de ella, se queda con la custodia de la niña que comparten y ella pierde la sensibilidad de sus manos a raíz de un accidente de coche.

    ¿Qué efectos tiene en ella este accidente?

    Pues que no puede intervenir más en quirófano. Pero yo lo veo como una oportunidad más de redención. Gran parte de la serie consiste en Megan Hunt redimiéndose, humanizándose, reparando la relación que mantiene con su hija y también aprendiendo a tener amigos. ¡¡Porque nunca había tenido amigos!!

    Han comparado a su personaje con House por su sentimiento de superioridad. ¿Está de acuerdo?

    Creo que 'House' es una serie estupenda y adoro a Hugh Laurie. Mi personaje es igual de inteligente que él, pero creo que su herida es más psicológica. La crió una madre que no sabía muy bien hacer de madre -Joanna Cassidy, 'A dos metros bajo tierra'- y ella no aprendió a ser humana, sino a tener éxito. Y ahí es donde ella tiene que crecer, en su humanidad.

    Dice que habló con una neurocirujana real. ¿Cómo fue el aprendizaje y cómo lo aprovechó?

    Quería entender la parte laboral y cuando cenamos juntas ella se presentó con el mismo traje que yo me puse en el episodio piloto. Tenía el pelo igual que yo, llevaba tacones de aguja... Y yo me preguntaba: "Quién lleva tacones a la escena de un crimen". Y sí, la verdad es que lo hacen. Y lo segundo que hice fue asistir a una autopsia antes de empezar a grabar.

    ¿Y cómo fue?

    Fascinante. Todo un honor. Desde entonces he visto cuatro autopsias y al final de la primera temporada hasta me dejaron participar en una. ¿No te parece un regalo?

    Su personaje decide reconducir su carrera tras un accidente de tráfico. ¿Podría hacer lo mismo si le sucediera a usted? ¿Qué trabajo elegiría para volver a empezar si tuviera que dejar de ser actriz?

    Bueno. Tuve un accidente de coche justo dos semanas antes del rodaje del piloto. Tuve un golpe en la cabeza, me rompí dos dedos... Pero no pude reconducir mi carrera porque tenía que volver a trabajar (Risas). Pero fue difícil el poder memorizar mis líneas después de ese golpe... Creo que si cambiara de profesión sería una escritora de viajes. Me gusta conocer sitios nuevos y conocer personas.

    Y qué hay de ese look a lo fashion victim. Usted rechazó el papel de Carrie Bradshaw en 'Sexo en Nueva York'. ¿Le asusta convertirse ahora en un icono de la moda o en un icono gay incluso?

    (Risas). Que yo lleve ropa de marca y todo eso fue un concepto del productor de 'El cuerpo del delito'. Mi personaje proviene de una familia acomodada y si eres neurocirujano ganas mucho dinero. Era interesante retomar la carrera de mi personaje como forense con todo ese trasfondo. Pero eso es todo. Queríamos dar la sensación de un pez fuera del agua. No tiene nada que ver con 'Sexo en Nueva York'.

    También se parece mucho a Maura Isles de 'Rizzoli & Isles'.

    ¿Sí? No he visto la serie, pero Sasha Alexander [la actriz que interpreta a Maura] es muy buena amiga mía. Lo que pasa... Creo que nuestra serie es más distinta. Seria en lugar de frívola.

    Entonces, ¿qué diferencia 'El cuerpo del delito' de otras series de forenses?

    La serie tiene tres niveles distintos: el procedimental, donde siempre tenemos un misterio en el que descubrimos cómo murió una persona; el familiar, protagonizado por mi personaje, mi madre y mi hija, tres mujeres fuertes que no nos llevamos bien, y el laboral, toda la política en la oficina que se caracteriza por el tono humorístico. Lo principal es llegar al otro lado del río y darle dignidad al fallecido de cada episodio.

    La relación con su hija es más que tirante pero, ¿veremos algún flashback que nos aporte pistas sobre cómo era antes de su accidente de coche?

    ¡¡Es una muy buena idea!! Pero no. No lo  hacemos en la primera temporada. Tenemos un par de saltos al pasado pero no con mi hija.

    ¿Y evolucionará el trato con ella?

    Como todas las relaciones, mejorará, empeorará, volverá a mejorar... Con mi madre pasará lo mismo. Y también con mi ex marido. Bueno... Y tendré una relación amorosa.

    ¿La vida personal es un lastre para que la mujer desarrolle su carrera profesional?

    Es difícil compaginar ambas cosas. Yo no podría. Nunca he estado casada y tampoco tengo hijos. Y he de decir que en parte es por la adicción que me produce el trabajo. Me gusta mucho actuar y cuando llego a casa después de 15 horas de rodaje no me imagino tener que hacer la cena o acostar a un niño. Yo simplemente me siento tranquilita y me echo a descansar. ¡¡No sé cómo lo hace Angelina Jolie!!

    ¿Qué ha sido lo más divertido y lo más duro de grabar 'El cuerpo del delito'?

    Lo más divertido, las autopsias. Me encanta aprender cosas. Y lo más difícil... Utilizar toda la jerga médica. Aunque en eso doy gracias a mi iPad [echa mano de su bolso y lo enseña en una finísima funda roja de cuero] y a Google, la Wikipedia. Al final de los 13 episodios podía decir las palabras sin tener que mirarlas. Y también había otra cosa maravillosa...

    ¿Cuál?

    Estábamos en Rhode Island, el estado más pequeño de EE UU, y entre los miembros del reparto nos hicimos muy amigos, creamos una familia muy estrecha.

    ¿Y no le gustaría volver a su familia de 'Mujeres Desesperadas'?

    Sin duda. Marc Cherry ha sido muy amable diciéndome que le gustaría que volviera. No sé si funcionaría que yo estuviera en las dos series, pero me encantaría que Katherine [Mayfair] volviera de París y que por lo menos hubiera un cierre para mi historia. Me encantaría volver hablando francés, fumar y ser muy pretenciosa. Y también espero que siga con su novia Robin [Julie Benz, ahora en 'Los increíbles Powell'].

    ¿Ayuda a la comunidad gay que existan más personajes homosexuales? Usted ya ha dado vida a dos.

    Muchas mujeres me mandaron cartas después de mi papel en 'Mujeres desesperadas'. Y algunas preciosas. La de una de ellas me hizo llorar porque decía que conseguía que se sintiera importante. "Graciar por hacer que yo importe", me dijo. Y me hizo sentir muy bien.

    No hay muchos casos de mujeres que hayan superado la barrera de los 50 y sigan teniendo éxito en Hollywood y en el mundo televisivo. ¿Se siente una afortunada?

    Tengo suerte. Pero no estoy sola. Los tiempos han cambiado y muchas actrices se dan cuenta de que la televisión es un buen lugar de trabajo. Están Glenn Close ['Daños y perjuicios'], Laura Linney ['La letra C'], Edie Falco ['Enfermera Jackie'], Sally Field, ['Cinco hermanos']... Hay buenos guionistas que escriben buenos papeles para mujeres.

    ¿Intimida que las jóvenes vengan pisando fuerte? ¿Qué piensa de que tengan más papeles?

    Bueno (Suspira). Nos encanta la belleza, la juventud, la gente guapa... Pero eso siempre ha sido así y nunca va a cambiar. Mientras yo pueda actuar, honestamente me da igual. Si volviera a ser adolescente, yo no podría hacer lo que hacen ellas con toda la presión mediática. Me sorprende que chicas como Blake Lively o Leighton Meester de 'Gossip Girl' trabajen tan bien.

    Santiago Gimeno

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