El estreno de Sex Education en Netflix ha sido uno de los más sorprendentes y esperados para los espectadores. Esta ficción llegaba a nuestras vidas con la premisa de ser una historia de adolescentes y de cómo uno de ellos intenta resolver los problemas sexuales de sus compañeros de instituto, obviamente cobrando por ello con la ayuda de una amiga. A partir de ahí se desarrolla una historia en la que los problemas de las vidas de los propios protagonistas, Otis (Asa Butterfield), Maeve (Emma Mackey) y Eric (Ncuti Gatwa), avanzan en paralelo a las de los estudiantes que buscan consejo sexual.
Los padres de Otis son terapeutas sexuales por lo que el joven lleva toda una vida escuchando distintas formas y métodos de ayudar a las personas en sus relaciones íntimas, lo que le convierte en un experto o casi. Pero dejando a una lado la trama de la propia ficción, una de las cuestiones que más ha llamado la atención a los fans es el tiempo, es decir, cuándo tiene lugar la acción.
El 'look' ochentero que mantienen todos los que forman parte de la serie así como los decorados y conversaciones, se mezclan con la existencia de 'smartphones' y tecnología del presente, pero su comportamiento respecto a sus móviles no es como el de los adolescentes o adultos actuales. Entonces, ¿cuándo?
¿Estética ochentera en el 2019?
En una entrevista para Comospolitan UK, Mackey ha explicado a qué se debe la estética años 80 que mantienen ella y sus compañeros: "Toda la estética de la serie está totalmente inspirada por John Hughes y sus institutos ochenteros que todos conocemos y amamos, y es un poco universal. Hay toda una gama de películas que adorábamos mientras crecíamos y es por ello que el equipo de producción ha decidido trabajar inspirándose en ellas. Funciona y atrae a la gente".
La actriz ha señalado también que esa nostalgia de la que la que la serie hace gala, sumado al hecho de no estar con las cabezas agachadas mirando sus móviles de forma constante, ayuda a la narración de Sex Education. Todo fluye mejor y de una forma más natural aunque sorprenda que ni si quiera se utilicen los teléfonos como despertador.
John Hughes como modelo
Las películas y series de adolescentes llegan acompañadas de prejuicios y señales que las marcan como productos con narrativas facilonas, problemas absurdos y plagadas de drama que, de adultos, nos resulta infantil y ridículo. Pero no todas son así. Uno de los realizadores que mejor ha sabido abordar la vida de los jóvenes sin caer en ñoñerías, tópicos o exagerados es John Hughes.
Obra suya son cuatro de las películas más aclamadas por espectadores de todas las edades que reviven los años 80, aunque no los hayan vivido. El club de los cinco -sin duda la más famosa de todas-, La chica de rosa -en esta solo hace las veces de guionista-, 16 velas y Todo en un día. Pese a que vistas con la mentalidad del 2019 algunas conversaciones queden obsoletas o resulten extrañas e incómodas, hay que situar la acción en esos años 80 y 90 en los que Hughes era un adelantado a su tiempo.
Sex Education bebe de ellas y así consigue atraer a los espectadores que quieren ver justo eso, una historia que parezca más alejada a su realidad pero en la que conecten con los personajes, y no una en la que las redes sociales, los whatsapp y las pantallas lo eclipsen todo.
