Nunca es tarde para enamorarse : los secretos del rodaje

Aunque ha trabajado como guionista para numerosas productoras, Nunca es tarde para enamorarse es la segunda película de Joel Hopkins. Su primer largometraje fue 'Mariage et conséquences', un film independiente premiado y bien acogido por la crítica, pero mucho más pequeño que esta producción. Por eso todos se volcaron para ayudar al director. Según el productor Tim Perell: "Se trata de un enorme salto para él. Ninguno de nosotros sabía cómo iba a resultar. Por primera vez ha realizado un largo con un estudio, con un equipo enorme y un montón de dinero en juego"(...)"La comunicación y la confianza que Dustin y Emma han depositado en Joel se muestra en la pantalla".

Dustin Hoffman y Emma Thompson ya habían trabajado juntos previamente y por primera vez en 'Más extraño que la ficción'. Hoffman explica que, a pesar de que sólo compartieron un par de escenas en esta película, en seguida hubo química entre ellos y se prometieron intentar algún proyecto juntos en el futuro: "Solíamos caminar por las calles aprendiendo nuestros diálogos. Tratábamos de decirlos de modo que la gente pensara que estábamos manteniendo una conversación privada que ellos estaban escuchando a hurtadillas"(...)"al final del rodaje pensamos si lograríamos compartir una película en que tuviéramos papeles de mayor envergadura. Y entonces, un año después aproximadamente, Emma me telefoneó; se había encontrado con Joel Hopkins, él había escrito un guión, lo leí, y todos dijimos: ¡Espléndido! ¡Podemos trabajar juntos!"

Para los dos actores principales, el principal atractivo de la historia es que habla de amor de forma distinta. Emma Thompson: "Quiero conocer a gente que realmente creo que existe y que se enamore" añade "Gente que no es perfecta, que no es tan bella como para que todo el mundo se vaya con ella. No se ven historias de amor sobre eso, sólo gente guapa enamorándose los unos de los otros, y eso me agota, me aburre mortalmente". Dustin Hoffman está de acuerdo: "Lo que hace este film interesante es que esas son dos personas que ya no están en la flor de su juventud. Están heridos por sus esperanzas frustradas y no quieren comprometerse el uno con el otro, creo que eso es lo que da al film tensión". Tampoco el director se muestra muy interesado en contar amores de juventud: "Este tipo de relación no se representa frecuentemente, pero es fascinante de un modo que los veinteañeros no pueden lograr, devenir alguien plenamente realizado lleva su tiempo".

Los productores tenían muy clara la imagen de la ciudad que debía mostrar la película: un "Londres como si fuera París", comenta Nicola Usborne, "No se quería hacer una película de postal o algo que podamos ver en un libro turístico, sino un escenario muy romántico para dos personas que se están enamorando". En lugar de enmarcar la acción en los lugares célebres, se ofrece la visión de un londinense. A medida que Harvey y Kate se van conociendo con paseos que les llevan por toda la ciudad, aparece un Londres fotografiado como ciudad de la que enamorarse y en la que enamorarse. Según asegura el diseñador de producción Jon Henson, no fue fácil lograr esa frescura en uno de los entornos más turísticos del mundo: "Estábamos constantemente buscando nuevos lugares, o intentando mirar los que ya conocíamos de modo distinto. Joel quería un look internacional, de tal modo que no se trataba tanto de las vistas esta ciudad como de algo que pudiera ser Londres, Praga o París".