Un policial extraño y malsano, pero que termina acabando en la nada por múltiples razones. Entre el mundo real y el mundo virtual, el guión trata de instalar una sensación de inquietud, casi suicidaria en torno a sus personajes, víctimas o autores de este turbio mundo. Pero desgraciadamente, ya sea por la falta de explicaciones o por la culpa de los personajes que son muy irritantes, la historia marea y el final, que debería ser el punto culminante, nos deja un sabor a lo desprolijo hecho de prisa, particularmente desagradable. Lo mismo en cuanto a la distribución, encabezada por un Grégoire Leprince-Ringuet poco carismático y tan expresivo como Val Kilmer (para dar idea ...), Louise Bourgoin es más sexy que impresionante,y Melvil Poupaud tiene carisma del malo, pero no desempeña un papel lo suficientemente importante para poder llevar la película. En cambio, Gilles Marchand sobresale del conjunto, y consigue instalar con facilidad una atmósfera espeluznante y frágil a la vez, creando un universo paralelo interesante, pero poco explotado! Un thriller que podría haber sido mejor, si la parte virtual hubiera sido mejor utilizada.