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    Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas

    Steampunk y MTV

    por Paula Arantzazu Ruiz

    De un tiempo a esta parte, se diría que en temas de cuentos de hadas hemos visto casi de todo: a Matt Damon y Heath Ledger como los hermanos Grimm en 'El secreto de los hermanos Grimm (Brothers Grimm)', película de Terry Gilliam; una 'Caperucita roja' (2011) que se miraba en la saga Crepúsculo; un Pulgarcito francés a cargo de Marina de Van y con Denis Lavant ('Holy Motors') como el terrible ogro, y hasta tres 'Blancanieves' en un sólo año, una de ellas, torera y con un Goya bajo el brazo -tres si no contamos la versión francesa, 'Miroir mon amour', con la legendaria Fany Ardant como la reina madrastra-. ¿Demasiado? Aún hay más: También veremos a 'Jack El caza gigantes', dirigida por Bryan Singer y sobre el cuento popular de las habichuelas mágicas; a 'Maléfica', acerca de la Bella durmiente y con Angelina Jolie en el papel de la bruja mala; y a 'Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas (Hansel and Gretel: Witch Hunters)', aquellos indefensos hermanitos cautivos en la casa de chocolate de una bruja, convertidos ahora en vengativos cazadores de brujas 'steampunks' y cargados de mala leche. ¿Quién dijo posmodernismo?

    Lo cierto es que la jugada de Tommy Wirkola con 'Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas' no ha salido tan escandalosamente mal como se antojaba. El noruego ya se había curtido en el concepto del mashup con 'Zombis Nazis (Dod sno)' (2009) -donde recuperaba la gran fantasía húmeda de todo friki que se precie-, y parece que busca hacer carrera en ello. Y desde estas líneas, ¿para qué negarlo? lo celebramos. 'Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas' posee todo lo que se le puede pedir a un producto de multiplex para adolescentes acnéicos con la testosterona algo desorbitada y para los creciditos con ganas de diversión: muchos puñetazos, mucho decorado de serie B, otra buena dosis de maquillaje de tres al cuarto y una banda sonora cargada de metal galopante. Es decir: cero pretensiones y toneladas de sentido del humor, un elemento que en las anteriores versiones cinematográficas de otros cuentos de hadas se echaba de menos. Wirkola ha realizado la adaptación, por poner un ejemplo rotundo, diametralmente opuesta a la 'Blancanieves' de Pablo Berger, pero, al mismo tiempo, casi tan imaginativa que aquella, en tanto que se preocupa de contar el cuento mil vez contado de una manera nunca vista. Por supuesto, aquí no hay mimo estético ni detalle cinematográfico, pero ¿hace falta? Por pedir, incluso pediría hasta más carnaza.

    A favor: Su ánimo gamberro.

    En contra: La glorificación de lo armamentístico que late en toda la película. ¿De veras se escandalizan los estadounidenses con las imágenes de la tortura en 'La noche más oscura' y no al ver al personaje de Jeremy Renner bendiciendo su arsenal de armas?

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