Esta película supone el debut como director del veterano actor británico Rupert Everett, que también escribe el guión del filme e interpreta al escritor y poeta Oscar Wilde.
El filme cuenta en su reparto con el ganador del Oscar Colin Firth, además de con los nominados al Oscar Emily Watson y Tom Wilkinson.
Curiosamente, el título original del filme es The Happy Prince, que hace referencia al libro de relatos de Oscar Wilde titulado en nuestro país El príncipe feliz y otros cuentos (1888). En cambio, el título de la película en España es La importancia de llamarse Oscar Wilde, que sin duda hace referencia a la obra teatral de Wilde titulada La importancia de llamarse Ernesto (1895).
Rupert Everett ya había trabajado antes en torno al universo de Oscar Wilde. Además de participar en las películas Un marido ideal (1999) y La importancia de llamarse Ernesto (2002), basadas en obras de Wilde, también encarnó al escritor y poeta en la obra de Dave Hare El beso de Judas, representada en el West End londinense y en Broadway, y que trata en torno al escándalo judicial en el que se vio envuelto Oscar Wilde, acusado formalmente de sodomía.
También el actor Colin Firth ha participado antes en películas en torno a Oscar Wilde, ya que protagonizó La importancia de llamarse Ernesto (2002) y El retrato de Dorian Grey (2009), basadas en la obra de Wilde. Además, Tom Wilkinson aparecía en Wilde (1997), biopic sobre el escritor al que daba vida Stephen Fry.
Según explica el actor y director Rupert Everett: "para mí, Oscar Wilde es como un santo, una figura cercana a la de Cristo, en el sentido de que también fue crucificado y resucitó, redimido con los años. Es más, para el movimiento gay, él fue solo el principio".
La película se presentó en el Festival de Berlín de 2018 además de tener su premiere española en el Festival de Sevilla. La película, además ha estado nominada a los European Film Awards (Mejor actor) y a los Premios de la Crítica de Londres (Mejor película, Mejor actor, Mejor director).
Esta película es un proyecto con el que el actor y director Rupert Everett llevaba soñando durante años. De hecho, el actor llegó incluso a rechazar papeles por si este largometraje conseguía finalmente realizarse.