Mi cuenta
    Infiltrado
    Críticas
    2,5
    Regular
    Infiltrado

    El infiltrado

    por Violeta Kovacsics

    En plena polémica sobre el gigantesco anuncio de Netflix que cuelga de una fachada madrileña, y en el que el Pablo Escobar de Narcos nos desea una “blanca navidad”, llega otra película con el entorno del capo del cártel colombiano como telón de fondo. El infiltrado se basa en la historia real de Robert Mazur, un agente que, en 1986, y como Eliott Ness y sus intocables, se dio cuenta de que el mejor plan para establecer un cerco en Escobar era seguir el dinero. Para ello, se convirtió en Bob Musella, un empresario dispuesto a lavar el dinero sucio de los señores de la droga.

    El infiltrado funciona como thriller y como relato del proceso de conversión de un individuo en otro. Es decir, la misión de Mazur le convierte en un actor, que debe meterse en el papel, cambiar sus gestos, ponerse un pañuelo en el bolsillo superior de su americana, convertirse en un engreído, en un prepotente. Incluso, debe lidiar con la improvisación: con la invención de una prometida que justifique que no quiera acostarse con una prostituta (esto es América, y esto es la DEA, y el bueno de Mazur es impoluto, un padre de familia de clase media-alta que jamás engañaría a su mujer). Por momentos, la película recuerda a La gran estafa americana, aquel filme de engaños, pelucas y disfraces que, como El infiltrado, apoya su tesis más en el diálogo que en la puesta en escena.

    Bryan Cranston es el encargado de interpretar a Mazur. El cine parece haber entendido que, tras el paso de Cranston por televisión, tiene una oportunidad de oro de contar con un actor con un carisma innegable. El papel, además, resulta poliédrico: por un lado, ofrece a Cranston la oportunidad de trabajar sobre el propio trabajo del actor, sobre los procesos de construcción del personaje; por el otro, supone el regreso del protagonista de Breaking Bad a un mundo, el de la mafia de la droga, que en la ficción conoce muy bien.

    El infiltrado no será el thriller de la temporada, pero sí que aglutina algunos de los tics o de los lugares habituales del cine de esta temporada: sobre todo, la insistencia en basarse en hechos reales, que contribuyen a engordar el imaginario del héroe americano (Sully, Hasta el último hombre, El puente de los espías). Son héroes cotidianos, que logran una gran hazaña, padres de familia, de quienes no importa que no estén mucho por casa ni que sus mujeres, que esperan pacientemente en el hogar, sufran o desconozcan qué diantres están haciendo sus maridos.

    A favor: Que el juego de infiltrados sea también un juego de máscaras, convirtiendo la película en un ejercicio sobre el actor.

    ¿Quieres leer más críticas?

    Comentarios

    Back to Top