Clark Gable y Burt Lancaster no se llevaban bien durante el rodaje, en parte debido a Lancaster hacía chistes sobre la edad de Gable. La tensión creción entre ellos cuando Gable se negó a que en el desarrollo del papel de Lancaster se hiciera con el control del submarino, ya que esto perjudicaba con sus veinte años en la industria, como el gran vencedor siempre. Esto le llevaría dejar de de trabajar varios días, hasta que el estudio decidió que Lancaster se haría con el control del barco tras caer Gable enfermo, lo cual no repercutiría negativamente en la carrera de Gable.
El director Robert Wise alababa la profesionalidad de Clark Gable, aunque señalaba la curiosidad de que no quería trabajar pasadas las cinco de la tarde porque “por su estilo de vida, él estaba cansado pasadas las cinco”.
A pesar de las críticas favorables la película no tuvo una gran repercusión en taquilla. Un hecho que posiblemente estaba ligado con su lanzamiento simultáneo con la película Enséñame a querer (1958), en la que Clark Gable también era protagonista.
La película basada en hechos reales se inspiró en el capitán del submarino real, Edward L. Beach, el cual solo tenía 23 años cuando de desencadenaron estos hechos.