"Kill Bill: Volume 2" es la segunda parte y final de una de las obras cumbres del cine del nuevo milenio, que lamentablemente se vio perjudicada por la decisión de los productores de partir "Kill Bill" en dos. No obstante, continúa siendo un interesante film de acción, claro homenaje de Tarantino al cine de explotation, gore, kung-fu y spaghetti western, entre otros. Después de terminar con dos de las cinco alimañas que casi la matan, La Novia decide continuar con la carnicería y concretar su venganza. Pero Bill se ha enterado de ello y ha alertado a su hermano Budd (otro de los matones que debe eliminar), quien le tiene una horripilante sorpresa a La Novia. Recurriendo a las técnicas que le enseñó el legendario maestro Pai Mei, La Novia logra escapar y acaba con Budd y Elle para finalmente dirigirse donde Bill. Al encontrarse con que Bill ha cuidado y criado a la hija de ambos (que la Novia creía muerta), deberá encontrar el momento para asesinarlo, sin que su hija se dé cuenta. Nos obligaron a considerar este film como dos partes, cuando solamente es una. Pero lo cierto es que en esta "segunda parte", la acción baja bastante para dar paso a una narración más psicológica tanto de la vengadora como de los villanos. A través de flashbacks mientras trata de escapar literalmente su tumba, nos muestran como se cultivó el carácter imperturbable y letal de La Novia, después de ser entrenada por Pai Mei, un entrenamiento brutal que La Novia logra sobrellevar y que le permite ganarse el respeto de su maestro. Con todo, este tratamiento de Tarantino no es en lo absoluto errado, ya que nos regala momentos de acción realmente buenos como el entierro, la lucha de La Novia con Elle y, por último, el enfrentamiento final entre La Novia y Billy, realmente conmovedor, ambos tratando de matar o morir.
Adornando las situaciones con diálogos mordaces, con destellos de violencia espectacular, con intensidad, y con un clímax arrollador en su imprevisibilidad, Tarantino vuelve a demostrar maestría al servicio del entretenimiento deliciosamente hilada a su cinefilia, mezcla géneros de modo personal e intransferible. Alternar extasiante primeros planos, con el blanco y negro, con diferentes formatos de pantalla, encuadres opresivos, música heterogénea hace emociones palpiten, edición majestuosa, coreografías gráciles, diálogos exuberantemente artificiosos. Ello en miscelánea de la creación de villanos con personalidad propia, personajes con matices, ejemplo es lo que Budd le dice a Elle sobre La Novia: "Esa mujer merece vengarse... y nosotros merecemos morir". O el modo sereno en que Bill afronta el clímax. Además se agradece que los secundarios no se sientan simples perchas, si no que tienen su espacio para darles vida interior. No obstante, la película con tono crepuscular, más nostálgico en contraposición al aire de híper-violencia hiperbólica de la primera. Como el primero estructurado en cinco episodios. El primero tras un impactante prólogo se da en la Capilla Two Pines, explicando muchas de las incógnitas de la primera, con una charla cargada de intensidad y dobles sentidos, con sentimientos trémulos soterrados, acabando en un elegante clímax violento fuera de cámara, el que se da en la tumba de "Paula Schultz", de una tensión estremecedora, juego claustrofóbico, juego de iluminación y de sonido, y sobre todo de formatos de pantalla (de panorámica a 4x3), en conjunción fenomenal con la música brillante.
El tramo flashback de aprendizaje de La Novia con Pai Mei (Gordon Liu), parodia de tantas otras de cómo un mentor duro que enseña a pelear a su alumno, delirante en muchos sentidos, y termina entroncando con el episodio de la tumba. El tramo en la caravana, comienza con el encuentro de Elle Drive con Budd. Con la aparición estelar de una mamba, elemento que aprovecha Tarantino para deleitarnos con un extemporáneo video sobre los males del veneno de la serpiente. Pero todo esto no es más lo telonero de la pelea entre dos gatas salvajes de melena rubia, el imaginativo choque cargado de coreografía de artes marciales creadas por YuenWoo-Ping, Elle vs BK (nos enteramos que La Novia se llama Beatrix Kiddo), delirante ejemplo de cómo dar importancia al opresivo entorno, terminando todo de modo desgarrador en un gesto neurálgico. Y está el último tramo del muy esperado cara a cara, con el prólogo del encuentro de Beatrix Kiddo con un proxeneta mexicano (el aterrador Michael Parks) amigo de Bill. Hasta desembocar en la residencia de Bill en su segundo encuentro en esta película, fluido subterráneo de sensaciones encontradas, cargado de incisivo tono perverso, con una sorpresa punzante que da un sentido hondo al encuentro, tras ello… terminando la épica de modo shockeante. Otro elemento que también es digno de destacar, es la recuperación de la música de Ennio Morricone, nos pone sobre la pista de que la postura híbrida de Tarantino se decanta esta vez por el western. El famoso silbido de Morricone y sus partituras con Sergio Leone forman parte del inconsciente colectivo del séptimo arte.
Las actuaciones son correctas, Uma Thurman interpreta a La Novia (Beatrix Kiddo), la cual resulta tan exultante y fascinante como en el primer volumen, sicaria que maneja su físico de modo superlativo, nos mimetizamos con ella y su sufrimiento opresivo en la escena de la tumba, sublime en coreografías de luchas y emocionante en momentos íntimos, sobre todo en el duelo final Bill-BK, heroína legendaria a la altura de la Teniente Ripley. David Carradine como Bill deja el fuera de plano en este volumen, y menuda manera sublime, desde su primera vista tocando de modo zen la flauta, en claro homenaje al papel que le catapultó a la popularidad con Kung-fu, rol embestido de mística, hondura, con sonrisa dulce, carismática presencia mantiene tour de force sensacional con Thurman, que a pesar de la edad tienen chispeante química, envuelta en intensidad que nos cala, magna actuación, probablemente la mejor de su carrera. Michael Madsen encarna a Budd, en una interpretación bastante correcta, donde vuelve a demostrar que es un actor infravalorado, mostrando gran versatilidad, con enorme expresividad, con ese aire melancólico de perdedor. Daryl Hannah es Elle Driver, arrolladora, vibrante, espectacular némesis de BK, lástima que la actriz lleve años sin prodigarse en cine. Gordon Liu como el maestro-filósofo-sabio Pai Mei (aunque no lo parezca por el maquillaje tenía 48 años), está radiante como parodia, de los maestros de artes marciales con pupilos a sus órdenes. Un actor legendario en el cine de artes marciales, con 60 films en su haber. Gordon Liu había aparecido en el Volumen 1 como Johnny Mo, líder de la pandilla de Yakuza The Crazy 88s. Michael Parks encarnó a Esteban Vihaio, inquietante proxeneta mexicano, en una sola escena deja huella. Al igual que Gordon Liu, Parks apareció en la primera película como un personaje diferente, Texas Ranger Earl McGraw. Hay un cameo de Samuel L. Jackson como "Rufus" como el organista que actuaría en la boda de Beatrix y Tommy.
En definitiva, un deleite escapista, hito en este subgénero, para disfrutar y mantenerte un rato huido de tus mundanales problemas, que visto hoy, mantiene intacta su frescura vital electrizante. Con una irreprochable muestra de fuerza narrativa, una banda sonora impresionante, un montaje más que correcto en esta ocasión, fotografía deslumbrante tanto en exteriores como en interiores y un desenlace bastante digno y original en cuanto a la puesta en escena. Creo que el mayor logro de una película es que sea original e inigualable. Si por algo destaca Tarantino es por sacar de una coctelera lo mejor de sus ingredientes.
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