Cansado de ver cómo su barrio no deja de deteriorarse, a Tirso no le queda otra que pasar a la acción. En esta ocasión, su adversario será Guillermo Salgado, un hombre de negocios con don de gentes pero pocos escrúpulos, que dirige un turbio fondo de inversiones. Salgado llega a Entrevías con un ambicioso proyecto: adquirir inmuebles, desalojarlos y levantar nuevas construcciones. El ferretero se verá obligado a tomarse la justicia por su mano cuando descubra que Salgado además está metido en otros asuntos que involucran a los suyos, y querrá entonces hacerle pagar por ello.