En esta secuela, Diabolik y Eva Kant encaran un nuevo plan aparentemente perfecto para ellos. Pero poco saben que detrás de este atraco se esconde una trampa tendida por el astuto inspector Ginko, que pone a prueba su astucia.
En el corazón de la Riviera Romagnola, en Riccione, multitud de jóvenes se reúnen en verano en sus playas. Vincenzo es un chico ciego que ha decidido despegarse de su protectora madre y hacer amigos. De esta forma conoce a Furio y a su grupo de amigos, y todos ellos estarán completamente cambiados al final del verano tras enfrentarse a las vicisitudes de las relaciones y el amor.