La parisina Sophie Marceau debutó en el cine con catorce años en el filme 'La fiesta', donde encarnaba a Vic Beretton. En 1983, recibió el Premio César como la actriz más prometedora del cine francés. Su salto al cine internacional, lo dio de la mano de Mel Gibson que le ofreció el papel de la Princesa Isabel en 'Braveheart'. A partir de ahí se convertiría en una de las actrices francesas de más proyección internacional, participando en cintas como 'El sueño de una noche de verano' o ' El mundo nunca es suficiente'. Su debut como directora fue con el largometraje 'Háblame de amor'.