Dos familias suben al imponente barco transatlántico Queen Mary en dos momentos diferentes, una su opulento apogeo en 1938 y la otra en tiempos modernos. Sus historias acaban entrelazadas por los rincones más recónditos de la embarcación, que se dice que están encantados y por los que todavía vaga Mary, el fantasma de una niña que se ahogó allí en 1952.