Ernesto acaba de recibir la noticia de la muerte de su madre y otra aún peor: la van a enterrar en un cementerio. Decidido a cumplir la última voluntad de la difunta, Ernesto se propone robar el ataúd para dejar el cadáver en el océano, tal y como pretendía esta. La hija de Ernesto, cansada de sus locuras, le acompañará para hacerle cambiar de idea. Sin embargo, descubrirá que su padre está mucho más cuerdo de lo que creía.