El 2000 pudo haber sido un gran año para el cine de ciencia ficción, pero el fracaso de estas dos películas fue una decepción para todos
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Se estrenaron dos historias sobre Marte que tenían muy buena pinta, pero fueron un fracaso económico y de crítica

El año 2000 fue cuando vimos en cines Gladiator, Náufrago o la segunda parte de Misión: Imposible. Y podría haber sido un gran momento para la ciencia ficción, ya que llegaron a los cines varias producciones muy ambiciosas y con buenas ideas para atraer al público. Lamentablemente, las intenciones fueron mejores que el resultado y finalmente resultó ser una gran decepción cinematográfica. Misión a Marte y Planeta rojo , ambas centrando su acción en el mismo planeta, se estrenaron con meses de diferencia y lo que podría haber sido una gran batalla por la taquilla terminó en un fracaso monumental.

Vamos por partes. La primera que vio la luz fue Misión a Marte, en marzo del 2000. Iba a estar dirigida por Gore Verbinski -el director que después alcanzaría la fama por ponerse a cargo de la saga Piratas del Caribe-, pero abandonó el proyecto y Brian De Palma ocupó su lugar. El cineasta se quejó de que hacían falta fondos adicionales para terminar el largometraje y que gran parte del presupuesto se había ido en efectos visuales generados por ordenador.

Era una de las grandes apuestas de Disney -lo demuestran los 100 millones de dólares que tuvieron de presupuesto- y contaba con Gary Sinise y Tim Robbins encabezando el reparto, pero no encajó con los espectadores. La crítica no tuvo reparos con ella y, básicamente, se quejó de que era demasiado superficial, con diálogos vacíos y llenos de frases hechas, y unos personajes cuyas acciones iban contra el sentido común. No parece obra de De Palma.

Recaudó tan solo 111 millones y hasta una nominación a los Razzie, así que imagino que nadie quedó satisfecho en ese equipo.

La segunda que se estrenó, ya en noviembre de ese mismo año, fue Planeta Rojo, protagonizada por Val Kilmer, Carrie-Anne Moss y Tom Sizemore. El director Anthony Hoffman hizo todo lo posible por sacar adelante el proyecto, pero la mala relación entre Kilmer y Sizemore no se lo puso nada fácil. Llegó un punto en el que Kilmer ni siquiera mencionaba el nombre de su compañero y no acudía al set si el otro estaba presente. Una gozada.

No salió nada bueno de ahí, ya que solo recaudó 33,5 millones de dólares frente a un presupuesto de 80 millones. Fue el primer y último largometraje de Hoffman. El sudafricano debió de salir espantado de su experiencia y ha dedicado el resto de su carrera a la publicidad, donde ha obtenido muchos reconocimientos.

Ambas películas se ambientan en Marte, aunque de manera diferente. Mientras Misión a Marte cuenta el fracaso de la primera misión tripulada al planeta; Planeta Rojo se centra en cómo un grupo de humanos puede explotar los recursos de este mundo para salvar a la Tierra. Una pena para los fans de la ciencia ficción que, por lo menos, 15 años después tuvieron la maravillosa The Martian.

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