El director más exitoso de la historia aprendió varias cosas de uno de los mayores taquillazos
Convertirse en el cineasta más exitoso de la historia es un logro increíble, algo que muy pocos van a poder arrebatar a James Cameron. Su nombre se ha vuelto sinónimo de cine grande, y también de evento que hay que ver sí o sí. También significa toparse con ciencia ficción inmensa que va a dejar abrumados nuestros sentidos.
Pero hay un universo paralelo donde Cameron no decide dar un vuelco a su vida para volverse cineasta, y en su lugar tiene una vida más corriente. O todo lo corriente que puede ser un licenciado universitario en física y astronomía que se acaba ganando la vida como camionero. Mucho antes de considerar el cine como una profesión, James se dedicaba a conducir para ganarse la vida.
Una imaginación lucrativa
Durante sus trayectos escuchaba mucha música electrónica y daba rienda a su imaginación con planetas inventados donde tienen lugar batallas épicas y se emplean armas alucinantes. Todo para tener activa su mente mientras desempeñaba el que pensaba que sería su trabajo durante largo tiempo. Hasta que vio una película que lo cambio todo.
No sólo trastocó la vida de Cameron, sino que Star Wars fue un fenómeno inmenso alrededor del mundo, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de taquilla de la historia. A James le llamó la atención no sólo que todo lo que imaginaba podía convertirse en cine, sino que además eso mismo podía apelar a millones de personas. Dio un vuelco a su vida convencido de que tenía “una imaginación vendible”.
No es que le faltase razón. Para llegar a ello optó por medios pocos convencionales ya que no podía permitirse inscribirse en una escuela de cine. Sí que pasó por una gracias a su trabajo como camionero, pasando cada sábado por la Universidad de California Sur para fotocopiar libros sobre cine y efectos especiales, ya que su verdadera aspiración era hacer películas de fantasía. De ese autoaprendizaje pudo luego encontrar trabajo en películas de bajo presupuesto dentro de los departamentos de efectos, creando la base teórica sobre la que fundamentar su ambicioso trabajo. Todo lo demás, es historia.
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