Odiseo se marchó durante más de 20 años, y solo fue reconocido una vez al volver. Esta escena de la película de Brad Pitt ayuda más que ir a un museo de antropología, desde luego
No cabe duda, a estas alturas, de que La Odisea de Christopher Nolan va a ser uno de los acontecimiento cinéfilos más importantes de 2026. Y claro, ha llevado a muchos a echar la vista atrás, concretamente a 2004, cuando Wolfgang Petersen estrenó su particular versión de los mitos griegos con Troya, una superproducción que cuenta La Iliada a su manera y resultó siendo un éxito sorprendente. Es cierto que no hacía mucho caso al material original, pero una cosa es innegable: tenía detalles impresionantes.
Flipa, flipa, la Iliada
Tristemente, no todos llegaron al metraje final, pero puedes verlos en su versión del director, que añade 33 minutos, incluyendo la primera escena en la que vemos a Odiseo, el personaje interpretado por Eric Bana, jugando con su perro. Esto podría ser un detalle inocuo, pero la verdad es que se trata del mismísimo Argos, un personaje vital en La Odisea, puesto que es el único animal capaz de reconocerle cuando vuelve a Ítaca veinte años después de salir.
Es más: Argos vivió mucho más que un perro normal, esperando el retorno de su dueño una última vez, y murió justo después. Aparte de Argos, Odiseo es también reconocido por Eurycleia, que se convirtió después en su consejera y en la persona que informó a Penélope de su retorno. Es más bonito lo del perro, para qué lo vamos a negar.
Por cierto, aunque esta parte no aparece en Troya, si quieres indagar en ella, este año se ha estrenado El regreso de Ulises, con Ralph Fiennes en el papel protagonista, que cuenta perfectamente todo lo que pasó tras La Odisea. ¿Se atreverá Nolan a llegar hasta aquí?