En el set de rodaje de 'La Casa Rusia', rodada a finales de 1989 en la Unión Soviética, la actriz Michelle Pfeiffer quedó conmocionada por una injusticia que presenció
Estrenada en 1991 en España, pero filmada a finales de 1989 en la Unión Soviética, la película de espías La Casa Rusia es una de los trabajos más olvidados de la carrera de Sean Connery, quien para entonces ya había ganado el primer y único Oscar de su carrera por Los intocables de Eliot Ness, pero no para Michelle Pfeiffer, quien durante el rodaje vivió una experiencia desagradable que ella misma describiría como traumática.
Basada en una novela del autor de literatura de espías John le Carré y ambientada en tiempos de la Perestroika, en ella conocemos a Dante (Klaus-Maria Brandauer), un científico soviético que afirma en sus escritos que la Unión Soviética posee muchas menos armas nucleares de las que suponen las potencias occidentales, lo que hace innecesaria la carrera armamentística. Su ex amante Katja (Pfeiffer) actúa como correo, contrabandeando este material altamente sensible a través de la frontera. Naturalmente, la inteligencia británica se percata de ello de inmediato y encarga a Scott Blair (Connery) la investigación del asunto.
Primera gran producción de Hollywood filmada en exteriores tras el Telón de Acero, La casa Rusia, fue dirigida por el realizador australiano Fred Schepisi (Criaturas feroces, Last Orders, Empire Falls) y su rodaje se llevó a cabo durante tres meses, principalmente en localizaciones de Moscú y Leningrado. Durante aquel rodaje, Michelle Pfeiffer quedó horrorizada por la forma en la que se trataba a los extras locales.
Mientras el equipo de catering le servía platos de espaguetis calientes para el almuerzo, a pesar de la gélida temperatura exterior, los extras rusos locales no recibían comida de acuerdo a una norma en la Unión Soviética que prohibía a las producciones occidentales alimentar a extras rusos. "En un país donde no se puede conseguir comida, donde no se puede conseguir jabón, ahí estaban viéndonos devorar platos de espaguetis calientes y humeantes", declaró a Esquire, tal y como recoge Far Out.
Indignada, Pfeiffer abandonó el lugar advirtiendo que no regresaría hasta que los extras recibieran la comida que les correspondía como miembros del equipo. Sin embargo, el órdago de la actriz no serviría de mucho: recibió la visita de la comisión cinematográfica soviética y le explicaron que eran las normas de la Unión Soviética y que no podían cambiarse para complacerla a ella, así que regresó al set al día siguiente.
No dormí esa noche... Fue muy traumático
"Comprendí por primera vez en mi vida cómo la gente podía rendirse", explicó la actriz sobre su experiencia en Rusia en tiempos de la URSS. "Solo estuve en Rusia seis semanas. Pero ir del punto A al punto B era una auténtica pesadilla. Solo para llegar a casa, había que negociar con el taxista".