Y, en realidad, casi toda su carrera como escritora se conforma con un único título. Tuvieron que pasar 55 años hasta que publicó su segundo libro. Y otros diez años para el tercero
En 1949, una joven de 23 años se mudó a Nueva York desde su Alabama natal para ganarse la vida. Ella quería ser escritora, pero para mantenerse aceptó varios trabajos. Primero, en una librería y, posteriormente, como agente de reservas de vuelos. Escribía en sus ratos libres y llamó la atención con sus relatos. Michael Brown, una reconocida figura de Broadway, reconoció su talento y empujó a esta chica a perseguir su sueño. Por eso, en la Navidad de 1956, le regaló una nota: "Tienes un año libre de trabajo para escribir lo que quieras. Feliz Navidad". Junto a este papel, el salario de los siguientes 12 meses.
Esa chica con gran talento -y suerte- era Harper Lee, la autora de Matar a un ruiseñor. "Me aseguraron que no era ninguna broma. Dijeron que habían tenido un buen año. Habían ahorrado algo de dinero y pensaron que ya era hora de hacer algo conmigo", recordó Lee en la revista McCall's en diciembre de 1961, tal y como regoció The Guardian posteriormente, "Querían demostrarme su fe en mí lo mejor que sabían. Que alguna vez vendiera algo era irrelevante. Querían darme una oportunidad plena y justa para aprender mi oficio, libre del ajetreo de un trabajo normal".
Lee cumplió con las expectativas y utilizó sus propias vivencias en Alabama para escribir un perspicaz vistazo a la desigualdad racial y la violación. Tras un tiempo de escritura, pudo vender un manuscrito a la compañía JB Lippincott Company. Tardaron dos años en realizar unos cambios, pero de este proceso salió una de las novelas más importantes de la historia. Por lo menos, de la historia estadounidense. Se convirtió en un éxito de ventas y obtuvo un gran reconocimiento por parte de la crítica. Tanto es así que en 1961 se llevó el Premio Pulitzer de Ficción.
A día de hoy sigue siendo uno de los libros más vendidos -los clásicos nucna mueren- y ha sido señalada por Library Journal como la Mejor novela del siglo XX.
Dio lugar a una de las grandes películas del siglo pasado
En 1962, apenas un par de años después de su lanzamiento al mercado, se convirtió en película de la mano de Robert Mulligan, con Gregory Peck y Mary Badham como protagonistas. Al igual que las páginas del libro, sigue al abogado Atticus Finch durante la Gran Depresión, educando a sus hijos contra los prejuicios mientras defiende a un hombre negro acusado falsamente de la violación de una mujer blanca.
Matar a un ruiseñor recibió tres premios Oscar -incluyendo Mejor actor y Mejor guion adaptado- y el Instituto de Cine Americano llegó a considerar a su protagonista el mayor héroe cinematográfico del siglo XX. Además, está considerada una de las grandes películas de la historia del cine. Se dice que Walt Disney solicitó ver la película en un pase privado en su casa y, tras terminar de verla, declaró algo compungido: "Es una película increíble. Ese es el tipo de película que me encantaría hacer".