Críticas
3,5
Buena
La espía que me amó

Adiós Guerra Fría

por Paula Arantzazu Ruiz

Lewis Gilbert saltó a la palestra gracias a la acidísima ‘Alfie' (1966) y al año siguiente se embarcaba en su primera colaboración con el universo de James Bond en ‘Sólo se vive dos veces' (1967), cinta a la que siguió una de las más famosas entregas de la saga, ‘La espía que me amó'. La razón de su celebrada popularidad es la presencia de la bella Barbara Bach, top model y, desde la película, uno de los sex symbols de la década de los 70. Pocas opciones, pues, le quedaban a Roger Moore más que seducir a la joven, aquí en el papel de una espía soviética que se alía con el servicio secreto británico para pararle los pies al magnate Stromberg (Curt Jürgens), quien ha robado dos submarinos nucleares, y a su temible guardaespaldas de dentadura de acero, Tiburón (Richard Kiel). La banda sonora corrió a cargo del recientemente deceso Marvin Hamlisch, cuyo tema principal, ‘Nobody does it better' estuvo, cómo no, nominada a los Oscar de la Academia. En definitiva, un gran cóctel de estrellas en su mejor momento, rutilantes y talentosas, en la que es una de las mejores entregas del Bond encarnado por Moore. Además, ¿qué mejor que una película de espías de países enfrentados que finalmente acaban haciendo el amor y no la guerra?

A favor: Tiburón es uno de los malos más carismáticos de la saga.

En contra: A partir de esta película, y con la única excepción de ‘Sólo para sus ojos', el Bond de Moore va cuesta abajo.