Críticas
1,5
Mala
La boda de mi novia

"Damo" de honor

por Covadonga G. Lahera

Los créditos iniciales, que van deshaciéndose en estrellas y corazones, ya nos hacen presagiar por dónde irán los tiros de esta comedia romántica que no se come demasiado la cabeza en su propuesta. Su realizador Paul Weiland, uno de los responsables de la serie Mr. Bean, parece confiar profundamente en el magnetismo que de por sí pueda generar en la platea el palmito de Patrick Dempsey (el doctor Derek Shepherd de Anatomía de Grey). Este interpreta a Tom, el Casanova mujeriego que se mantiene lejos de los compromisos; Hannah es su mujer amiga, una de las excepciones femeninas que no ha sucumbido a sus encantos. La relación entre ambos se verá alterada cuando esta conozca a su prometido durante un viaje a Escocia.

El resto será una sucesión de episodios más o menos graciosos, más o menos enrevesados, un poco en la línea de La boda de mi mejor amigo, pero al revés, donde Tom compite "clandestinamente" con el futuro marido de Hannah, antes de llegar al desenlace previsto por todos. La propuesta cómica de La boda de mi novia no es ni brillante ni ingeniosa y recurre a las hipérboles culturales en su tramo final. Como mucho, quizás logre sacarnos un par de risas. Como curiosidad, al padre de él lo protagonizó Sidney Pollack poco antes de morir.

A favor: No mata de aburrimiento.

En contra: La enésima comedia romántica que nos deja indiferentes.