Tom es un auténtico triunfador. Su negocio le permite hacer grandes amistades y que ninguna mujer se le resista. Sin embargo, a pesar de sus ligues y colegas, nunca se olvida de Hannah. Ella es una chica con la que siempre ha compartido una gran relación de amistad, debido a que los dos fueron conscientes desde el primer momento de las múltiples cosas que tenían en común y de la rapidez con la que crearon un vínculo muy cercano entre ellos.
Cuando ella toma la decisión de marcharse a Escocia con motivo de un viaje de negocios, él descubre que la echa mucho de menos, que tiene una gran cantidad de sentimientos encontrados en su interior y que está decidido incluso a pedirle matrimonio para pasar el resto de sus días a su lado. El problema es que la joven regresa con una importante e impactante noticia: está comprometida con un apuesto y adinerado escocés, por lo que le propone al protagonista que sea su 'dama' de honor.
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La Crítica de SensaCine
1,5
Mala
La boda de mi novia
"Damo" de honor
por Covadonga G. Lahera
Los créditos iniciales, que van deshaciéndose en estrellas y corazones, ya nos hacen presagiar por dónde irán los tiros de esta comedia romántica que no se come demasiado la cabeza en su propuesta. Su realizador Paul Weiland, uno de los responsables de la serie Mr. Bean, parece confiar profundamente en el magnetismo que de por sí pueda generar en la platea el palmito de Patrick Dempsey (el doctor Derek Shepherd de Anatomía de Grey). Este interpreta a Tom, el Casanova mujeriego que se mantiene lejos de los compromisos; Hannah es su mujer amiga, una de las excepciones femeninas que no ha sucumbido a sus encantos. La relación entre ambos se verá alterada cuando esta conozca a su prometido durante un viaje a Escocia.
El resto será una sucesión de episodios más o menos graciosos, más o menos enrevesados, un poco en la línea de La boda de mi mejor amigo, pero al revés, donde Tom compite "cl...