Críticas
1,5
Mala
El prado de las estrellas

La España interior

por Eulàlia Iglesias

Mario Camus localiza el prado del título en una zona de la Cantabria interior, en unos terrenos propiedad de una anciana con los que sus hijos, ya instalados en la ciudad, quieren especular. También en ese prado guarda el protagonista e ahijado de la señora (Álvaro de Luna) los recuerdos de su infancia. El realizador convierte el campo en la encrucijada simbólica de los problemas de la España rural, aquella donde unos tienen sus raíces, otros ven negocio y los más jóvenes apenas oportunidades para progresar. A su alrededor teje Camus un entramado de historias que pretenden reflejar esa diversidad de vivencias. Posiblemente el cineasta tenía la intención de acercarse a la mirada poética de un Víctor Erice en su morosa incursión en un pedazo de la España interior que marcha a otra velocidad. Sin embargo, el simplismo de los planteamientos, lo caricaturesco de algunos personajes (esos especuladores) y una puesta en escena plana nos devuelven una muestra de un cine español aquejado de arteriosclerosis.

Lo mejor: los paisajes de Cantabria.

Lo peor: el olor a rancio.