Un espectáculo visual, pero sin alma
por Custodio GuerreroLa franquicia de Tron, formada por Tron y Tron: Legacy, es bien conocida por ser un espectáculo visual que viene de la mano de una banda sonora magistral, dos características que se repiten en Tron: Ares pero con una historia pobre y un tanto olvidadiza.
La trama le da un giro a la franquicia trayendo a la Tierra el mundo digital de Tron. Aquí entra Ares, interpretado por Jared Leto (actor acusado por conducta sexual inapropiada este 2025), que es enviado al mundo real para atrapar a Eve Kim (Greta Lee) y conseguir un código que hará que cambie toda la Inteligencia Artificial para siempre.
Lo malo de la película es la forma en la que tratan a Gillian Anderson, cuyo personaje es el más vacío y sin alma de toda la película. La historia es una constante trama de persecución con una Inteligencia Artificial humanizándose, algo que ya hemos visto numerosas veces y que es bastante simple teniendo en cuenta en el mundo en el que vivimos ahora con la IA.
Lo bueno es que la esencia que caracteriza al franquicia de Tron sigue ahí, siendo todo un espectáculo visual y con una banda sonora magistral creada esta vez por el grupo estadounidense de rock industrial Nine Inch Nails. Pero eso no quita que al terminar de ver la película, se te quede una sensación de que le falta algo y que se te olvidará en unas horas.
Aunque es bastante llamativo que el mundo de Tron sea traído a la Tierra, no se explota demasiado y se queda en un 'quiero, pero no puedo'. Por supuesto, el factor nostalgia sigue ahí y hará las delicias de cualquier fan de Tron de 1982.
En definitiva, Tron: Ares es un espectáculo visual, pero sin alma que podría haber ofrecido mucho más.