Críticas
2,5
Regular
Roseland

Bailad, malditos

por Diana Albizu

Con un claro guiño a la naturaleza episódica y psicológica de 'La ronda', de Arthur Schnitzler (llevada al cine por Max Ophüls en 1950), James Ivory y su guionista habitual, la alemana Ruth Prawer Jhabvala, trazaron este retrato del ambiente y los clientes del mítico Roseland Ballroom de Nueva York con forma de mosaico. Tres cortometrajes independientes se suceden para mostrar distintas perspectivas del legendario local de fiestas neoyorquino a través de la relación que diversos personajes mantienen con la sala y el baile.

Mientras los números musicales están llenos de ritmo, fuerza y color primorosamente fotografiado por Ernie Vincze, es en la dimensión dramática donde 'Roseland' flojea como una de las películas menos interesantes de Ivory. El fragmento donde Geraldine Chaplin intenta reformar a un Christopher Walken gigoló se lleva las mejores situaciones, pero que destaque por encima de los relato geriátricos de Teresa Wright y Lou Jacobi y de Lilia Skala no tiene demasiado mérito.

A favor: Christopher Walken como gigoló.

En contra: La película no consigue transmitir la historia ni generar interés por la leyenda de la histórica sala.