Eduardo Casanova está tirado en el suelo de una habitación de hotel en Madrid. Pide perdón por su postura. Parece agotado. Lleva hablando de su nueva película seis meses. Estas dos últimas dos semanas de promoción han sido, como cuenta a SensaCine, "muy duras". La piedad, su último proyecto sobre la tóxica relación entre una madre y un hijo, le ha costado "salud y algo de dinero".
Han pasado casi cinco años desde que Casanova mostró su debut en la dirección de largometrajes con Pieles. Su segunda película se ha hecho esperar y el cineasta reconoce que ha costado sacarla adelante. "Que esta película exista es un milagro porque es muy difícil hacer películas en general, pero películas como esta, muchísimo más".
Ahora ha llegado el momento de que La piedad vea la luz. El proyecto nace de la obsesión de Casanova por las relaciones entre madres e hijos, pero además de plasmar una de sus inquietudes, también le ha servido para aprender muchas cosas:
A estar en paz conmigo mismo. Liberarme de muchas cosas. Es una película que habla de liberarse, de separarse. A mí esta película me ha ayudado a liberarme
A Casanova le da vergüenza decir que está orgulloso de La piedad, que se estrena este viernes, 13 de enero, en cines. "Cuando haces tanta prensa tienes miedo a decir cosas positivas de ti para no quedar como un egocéntrico", explica. "Otra de las cosas que he aprendido en esta película, y en esta promoción en concreto, es que voy a empezar a hablarme mejor a mí mismo. Hay que hablarse bien a uno mismo".
La piedad es polémica. Casanova lo sabe. También lo fue su anterior trabajo Pieles. Pero no solo sus trabajos detrás de las cámaras son controvertidos. No hay más que poner su nombre en el buscador de Twitter para darse cuenta de que sus comentarios son recibidos con odio. En una época en la que lo que se dice se sobreanaliza y recibe reacciones de todo tipo, Casanova da la impresión de no tener miedo a verbalizar lo que piensa. Pero no es cierto.
Pookeepsie Films
"Claro que me da miedo decir lo que pienso. De hecho, me haces esta pregunta y me da miedo. Y me voy a mi casa y tengo miedo y leo todo lo que dicen y lo paso mal. Yo soy humano y, además, no soy político ni adalid de nada. Solo soy un chico que intenta hacer su trabajo e intenta ser libre. También es verdad que, en el intento de libertad de dar tu opinión sobre las cosas, tienes que respetar que la gente pueda contestarte lo que quiera. También hay líneas que no se pueden traspasar y que la gente traspasa", contesta.
Ese no es el único miedo de Casanova:
Lo que me da miedo no es recibir todo lo que recibo. Lo que más miedo me da es que, por recibir todo lo que recibo, yo y muchísima otra gente empecemos a mentir o a callarnos y a inventarnos discurso más populistas o más genéricos para que no te ataquen
ÁNGELA MOLINA Y ANA POLVOROSA: LA MADRE Y LA HERMANA
En La piedad, Ángela Molina se mete en la piel de Libertad, una madre narcisista y tremendamente tóxica. "No la convencí. Me llamó ella", afirma Casanova. "Nunca me atreví a ofrecer el personaje a Ángela Molina aunque muriese por trabajar con ella porque no estoy a la altura de Ángela Molina. Me parecía muy pretencioso".
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Originalmente, Ana Belén iba a dar vida al personaje, pero la pandemia lo impidió. Así que había que buscar a otra actriz. El guion terminó en manos de Molina y la actriz apostó por el proyecto. "Pensé: '¿Pero cómo va a ser? Se ha leído otro guion, se ha confundido, no sabe qué tipo de película es. No sabe que es una película humilde, pequeña, que es una película que va a generar controversia…".
Molina citó en su casa a Casanova para hablar sobre el filme. Cuando el director relata ese momento es como si convirtiera las frases en imágenes. "Entré a su casa muy nervioso. No me abrió ella, me abrió una chica de servicio, y escuché unos tacones que se acercaban a lo lejos", recuerda.
Como continúa:
Cuando entré ya estaba el guion impreso y subrayado. Ella daba por hecho que el personaje era para ella y eso está muy bien. Eso solo lo sabe hacer una diva. Y cuando ves a Ángela Molina entrar por la puerta de su casa, se sienta, te mira… qué vas a hacer. Sería una falta de respeto y, además, sería de ser muy tonto y de perder una oportunidad muy grande trabajar con la mejor actriz del mundo
La piedad también ha demostrado la fuerte hermandad que existe entre Casanova y Ana Polvorosa. "No se puede ser más generosa que Ana Polvorosa. Y no se puede ser más implicada y comprometida con su trabajo de actriz, por eso es la mejor actriz de su generación, porque se entrega al personaje de forma inconsciente. Es bastante parecida a mí, yo también me entrego de forma inconsciente. Por eso somos hermanos".
El director se levanta la pernera del pantalón y enseña una "A" tatuada en su pierna derecha, encima de la rodilla, la inicial de la intérprete. Ella, claro, tiene una "E" de Eduardo. Polvorosa, que ya trabajó con Casanova en la serie Aída y fue una de las actrices de Pieles, protagoniza uno de los momentos más impactantes y controvertidos de la película: su personaje se hace un test de embarazo y el plano muestra su vagina y orina.
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Como relata Casanova sobre la preparación de la escena:
Había varias formas de rodarlo. De la menos explícita a la más explícita y es el cuerpo de mi amiga, de mi hermana, y es el cuerpo de una mujer, y en estos momentos en los que se respeta tan poco el cuerpo de una mujer, creo que la decisión de cómo se tenía que rodar ese plano era una decisión que tenía que tomar ella
Polvorosa, según Casanova, se decantó por la opción más impactante. "Ella consideraba que la película estaba narrada de una forma explícita y tenía que ser contado así".
Todo lo que se ve en ese momento es real. "Está orinando de verdad. Se la citó cuatro horas antes del rodaje. Me emociona de verdad esto porque quiero mucho mucho mucho", explica. "Se la citó cuatro horas antes, llevándole botellas de agua para que bebería. Entró, se desnudó y lo hizo. Y lo hizo por la película y esta película para mí es mi hijo, es lo más importante de mi vida y mi hermana ha hecho algo muy íntimo para lo más importante de mi vida y me parece que no hay mayor acto de amor y generosidad".
Si hacen faltan más muestras para dejar claro el profundo amor que se profesan Casanova y Polvorosa, el director sentencia: "Si Ana necesita alguna vez algo, si Ana necesitase que yo me suicidara por ella, lo haría".
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