Esta película costó 11 millones de dólares, pero nadie se dio cuenta de que esta palabra estaba mal escrita
Randy Meeks
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

La doble R costaba más dinero

En un principio, Alien no se llamaba así: su nombre era Memory, aunque trataba básicamente de lo mismo: un equipo de astronautas que despierta con el aviso de que su viaje ha sido interrumpido porque han encontrado una señal en otro planeta misterioso. El problema es que Dan O'Bannon, el guionista, no tenía ni idea de dónde iba a meter la excusa que había encontrado para hacer esta historia: el alienígena xenomorfo asesino.

Alien, el octavo pasajero
Alien, el octavo pasajero
Fecha de estreno 26 de septiembre de 1979 | 1h 56min
Dirigida por Ridley Scott
Con Sigourney Weaver, Tom Skerritt, Veronica Cartwright
Medios
4,8
Usuarios
4,5
Sensacine
5,0
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Prroblemas de ortogrrafía

Poco a poco, O'Bannon y su co-guionista, Ronald Shusett, empezaron a coger inspiración de aquí y allá, añadiendo partes de otros guiones que tenían escritos y remodelando Memory en... Star Beast, un nombre absolutamente terrible que acabó convirtiéndose en Alien, el octavo pasajero. Fue para tanto la cantidad de conceptos que cogió de aquí y allí que en su día afirmaría "No le he robado Alien a nadie. ¡Se la he robado a todo el mundo!".

Pero incluso un guion de acero no pudo evitar que tuviera algunos errores flagrantes a los que difícilmente se puede culpar a O'Bannon. Por ejemplo, en una escena en la que Ripley está escribiendo y hablando con "Madre", tiene una falta de ortografía bastante flagrante: "overide" en lugar de "override". Qué costaba escribirlo bien, Ripley, y dejar el lenguaje SMS a un lado.

Fox

El guion, por cierto, se vendió como "Tiburón en el espacio" y estuvo a punto de ser una producción de serie Z de Roger Corman antes de que Fox la rescatara y pusiera once millones para hacerla. Solo quedaba una pieza clave: la elección de la Teniente Ripley, para la que Sigourney Weaver acabó haciendo el casting... mientras, detrás de ella, los decorados se estaban montando. Así se hacen las joyas de la historia del cine: a toda prisa.

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