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    Alfonso Cuarón casi arruina una de las mejores escenas de su carrera, pero por suerte una explosión la salvó
    Randy Meeks
    Randy Meeks
    -Redactor de cine y series
    Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

    Un plano secuencia inolvidable repleto de sangre

    Estamos a cuatro años de llegar al momento en el que ocurre Hijos de los hombres, y la buena noticia es que no va a pasar nada de lo que pronóstico Alfonso Cuarón en la película. La mala es que ya hace 17 años que se estrenó la película, y tú creías que fue hace menos. Lo cierto es que esta se ha convertido, por encima de Gravity o incluso Roma, en la pieza clave de la filmografía del director mexicano, sobre todo gracias a unos planos secuencia inolvidables en los que no hay truco... pero sí sorpresas.

    Hijos de los hombres
    Hijos de los hombres
    Fecha de estreno 20 de octubre de 2006 | 1h 50min
    Dirigida por Alfonso Cuarón
    Con Clive Owen, Clare-Hope Ashitey, Julianne Moore
    Medios
    3,8
    Usuarios
    3,8
    Sensacine
    3,5

    Sangre en la cámara

    Hay tres planos secuencia larguísimos en Hijos de los hombres: uno de 6 minutos y 18 segundos, otro de algo más de 4 minutes y otro de 3 minutos y 19 segundos. Todos ellos han pasado a la historia y dejan sin respiración al espectador, pero lo cierto es que uno de ellos estuvo a punto de tener que ser troceado porque su rodaje parecía imposible. El plano en el que el personaje de Clive Owen busca en un edificio que está siendo atacado tardó 14 días en prepararse y cinco horas cada vez que Cuarón quería volver a rodarlo.

    Un día en el que la luz natural estaba a punto de irse y condenaría el plano a rodarse por trozos, la sangre artificial salpicó la cámara. Cuarón, frustrado, estuvo a punto de decir "¡Corten!" cuando, en ese momento, una explosión en el fondo ahogó su grito y todo el equipo continuó rodando como si nada. La solución fue la correcta, y el director de fotografía, Emmanuel Lubezki, acabó convenciendo al director para dejar la sangre y no borrarla digitalmente. La solución fue eliminarla pero lentamente, como si se fuera evaporando a lo largo del plano. Absoluta clase.

    Eso sí, el estudio estaba francamente preocupado por lo que les iba llegando del rodaje: por ejemplo, a Cuarón le dijeron que la escena de la emboscada era un plano imposible. El director, desesperado, quiso usar CGI para hacerlo, al menos, a su manera, pero Lubezki se lo volvió a impedir: en su lugar, utilizaron una cámara especial que les permitió rodar la escena de seguido, y aunque el plano fue complejo y el rodaje increíblemente desafiante, finalmente lo consiguieron. Después de esto, hacer Gravity era prácticamente una película de relax.

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