Hace algunos meses que se se estreno en los cines de Estados Unidos, pero Ferrari, la película del aclamado cineasta Michael Mann sobre el mítico piloto y empresario Enzo Ferrari está a punto de llegar a las salas españolas: lo hará este viernes 9 de febrero con el honor de haber sido objeto de buenas críticas al otro lado del charco, pero principalmente de ser un sueño hecho realidad para Mann, quien comenzó a trabajar en el proyecto hace más de 20 años.
Escrita por Troy Kennedy Martin, quien falleció en 2009 y nunca podrá ver el resultado final de la película, el filme toma como base la biografía de Enzo Ferrari publicada en 1991 por el periosdista Brock Yates, Enzo Ferrari: The Man, the Cars, the Races, the Machine. Sin embargo, aunque funciona como un biopic, la cinta no aborda toda la vida y ni siquiera un largo recorrido vital del empresario, sino una etapa muy particular que jugó un papel fundamental en su vida.
En verano de 1957, el ex piloto Enzo Ferrari -interpretado por un irreconocible Adam Driver- prepara a su equipo de carreras para La Mille Miglia (Mil Millas), una importante carrera de resistencia que en aquella época era una de las más celebradas en Italia pero también considerada una de las más peligrosas tanto para los pilotos como para el público. Aquel año sería el escenario de una impactante tragedia que le puso punto final para siempre.
ATENCIÓN: A continuación se revelan detalles fundamentales de los acontecimientos narrados en la película
Antes de celebrarse la carrera, Enzo Ferrari no pasa por su mejor momento personal tras un triste acontecimiento que ha marcado su vida familiar, mientras que las presiones de su vida paralela amenazan con destaparse. A nivel empresarial, la empresa de automóviles con la que ha cumplido su sueño tampoco pasa por una buena etapa, por lo que ganar las prestigiosas Mil Millas más que un deseo se ha convertido en una necesidad.
La carrera de las Mil Millas es, junto con los problemas personales de Enzo Ferrari, el eje principal de la película.
Una de las escenas finales de la película promete ser, como ya lo ha sido es su estreno local, lo más comentado por los espectadores, por lo crudo y explícito de la misma. Sin embargo, por gráfico que resulte, lo que retrata Michael Mann es lo que ocurrió en la vida real y lo que ensombreció el nombre de Ferrari.
Ferrari comenzó a ser objeto de críticas a finales de los años 50 y 60, cuando algunos de los pilotos que corrían bajo el emblema de la compañía sufrieron trágicos accidente. Uno de ellos de del piloto español Alfonso de Portazgo, que experimentó un pinchazo en uno de los neumáticos de su coche en la Mille Miglia, chocó contra un poste telefónico y se desvió hacia la multitud sin que pudiera detenerse. Once personas murieron en el accidente ocurrido aquel 12 de mayo de 1957: Alfonso de Portazgo y su copiloto Edmund Nelson y nueve personas del público, cinco de ellas niños.
Tras el accidente, Enzo Ferrari fue acusado de homicidio involuntario, ya que fueron los neumáticos de su empresa los que fallaron y provocaron las muertes, pero finalmente fue declarado inocente. No obstante, en los siguientes tiempos se produjeron otras muertes: Luigi Musso, Peter Collins, y Wolfgang von Trips murieron en 1958, 1958 y 1961 respectivamente también conduciendo coches Ferrari, lo que terminó ensombreciendo aún más el nombre de la compañía en aquella época.
En la película, Alfonso de Portazgo es encarnado por el actor Gabriel Leone y no hace la parada en boxes que hubiera podido determinar el daño del neumático para cumplir con las instrucciones del líder del equipo de tratar de mantenerse por delante en la carrera.
