"¿Cómo se juzga a un perro: como adolescente, persona con trastorno mental o como drogadicto?": llega a cines una película que te planteará muchas preguntas
Sara Heredia
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Laetitia Dosch dirige y protagoniza 'El juicio del perro', una comedia judicial basada libremente en un hecho real

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Un perro no es una cosa. Es un ser que piensa, siente y reacciona. Esto es algo que todos tenemos claro. Pero tampoco es un ser humano. Por lo tanto, ¿cómo debe responder a sus actos? Si ataca a una persona, ¿cómo merece ser juzgado?

Esta es la pregunta en torno a la que se desarrolla El juicio del perro, una película judicial con fachada de comedia pero con una gran profundidad en su interior. Basada libremente en un hecho ocurrido en la vida real, Laetitia Dosch escribe -junto a Anne-Sophie Bailly-, dirige y protagoniza una contundente propuesta a favor de los derechos de los animales y, sobre todo, en contra de la dominación y la explotación de cualquier ser.

En la cinta, Avril es una joven abogada que siente un gran compromiso con la justicia. Esto le ha llevado a tener problemas en el despacho en el que trabaja, donde la apodan 'la amante de las causas perdidas'. Su jefe le da un ultimátum: debe ganar su siguiente caso y ganar beneficios para la compañía. A su despacho llega un hombre con discapacidad visual que le pide ayuda desesperdamante. Su perro ha mordido a tres personas y va a ser sacrificado. Avril acepta el encargo y provoca que, por primera vez, un perro no sea considerado una cosa y sea juzgado. Pero, ¿qué es un perro?

En SensaCine hemos hablado con su directora, una optimista por naturaleza que tiene a la justicia en gran estima. El juicio del perro se estrena en cines el viernes 17 de enero.

El juicio del perro
El juicio del perro
Fecha de estreno 17 de enero de 2025 | 1h 25min
Dirigida por Laetitia Dosch
Con Laetitia Dosch, François Damiens, Pierre Deladonchamps
Medios
3,5
Cartelera y Entradas

La película trata sobre el juicio a un perro pero en realidad va mucho más allá. Habla de las injusticias, la igualdad… ¿Qué querías transmitir con esta película?

Creo que trata de la explotación y la dominación del otro. Habla de la forma en que tratamos a los animales, de la forma en que tratamos a las mujeres y de las personas que no tienen libertad. También habla de la justicia, pero de una forma muy bonita. Porque este juez hace un gran esfuerzo para intentar juzgar a este perro, lo cual es bastante tonto, pero lo hace lo mejor que puede. Hace que vengan filósofos, religiosos... La justicia, para mí, es un lugar muy importante, porque es un lugar donde tienes tiempo para pensar, tienes argumentos que vienen de ambos lados. En la justicia es donde podemos construir nuestra propia opinión. Así que es precioso, porque ahora no tenemos tiempo para construir argumentos, tenemos que reaccionar antes de construir un argumento real.

La justicia, para mí, es un lugar muy importante, porque es un lugar donde tienes tiempo para pensar, tienes argumentos que vienen de ambos lados. En la justicia es donde podemos construir nuestra propia opinión

Podrías esperar un drama de una película así, pero es una comedia, ¿cómo trabajaste el tono de la cinta?

Me encanta un libro que se llama El mundo según Garp, de John Irving. Tiene un tono muy parecido al de mi película, en realidad. Habla de temas muy profundos, pero los personajes son un poco como los de los cómics. Son muy especiales.

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La historia está basada en una historia real. Alguien vino a hablarme de un juicio por un perro que había mordido tres veces. La última vez, a una mujer en la cara. La mujer estaba demandando al dueño del perro, porque el perro era considerado una cosa. Esta historia real se convirtió en un gran acontecimiento, de hecho. Hubo manifestaciones, peticiones, artículos, salió en la televisión... Todo el mundo estaba muy apasionado por la historia del perro, pero el dueño estaba siendo juzgado. Cuando escuché esa historia me di cuenta de que no se podía contar de una manera muy seria, tenía que estar disfrazada de comedia. Entonces pensé que todos sabemos que el perro no es una cosa, pero no es un individuo. Si un abogado pudiera demostrar que un perro no es una cosa, lo cual es fácil, un juez podría decir: ‘OK, no es una cosa, así que podría ser un individuo, debería tener su propio juicio’. Sólo tengo que seguir la lógica de este juicio para hacerlo divertido y relevante.

En España tenemos una ley de protección con los animales domésticos, ¿cómo es la situación en Suiza, donde se basa la película, o Francia, país que la produce?

Desde 1999, en Suiza y en Francia, el perro ya no se considera una cosa, sino un objeto, en cierto modo. Un objeto que tiene sentimientos, lo cual es bastante ambiguo, por lo que el estatus del animal no está claro.

Hablemos de Cosmos, el perro protagonista. Está muy bien entrenado, ¿cómo fue trabajar con él?

Fue absolutamente genial. Ensayamos mucho, hablamos mucho con su entrenador de perros. Había 100 acciones de Cosmos en el guión. Y clasificaron las acciones entre fáciles y difíciles, que tenían 5 estrellas. Colaboramos mucho. A veces tenía que escribir algo más para que el perro pudiera hacerlo y trabajamos en el plan de tomas para que el perro pudiera trabajar 2 horas por la mañana, tener un gran descanso y trabajar 2 horas por la tarde. Tuvimos que encontrar una manera de que pudiera trabajar y aún así ser feliz. Que no fuera demasiado estresante para él. Simplemente nos preparamos mucho y luego fue fácil.

Tuvimos que encontrar una manera de que pudiera trabajar y aún así ser feliz. Que no fuera demasiado estresante para él. Simplemente nos preparamos mucho y luego fue fácil.

Hay una escena en el bosque donde estás luchando con él, ¿cómo lo filmaste? ¿Fue duro?

Esa fue la última escena de la película. La hicimos al final porque si él o yo resultábamos heridos podíamos descansar. La mayor parte del tiempo soy yo en esa escena, pero también hay un poco de su entrenador de perros, que está disfrazado de mí. A Cosmos le gusta jugar de esta manera. Así es como juega con su entrenador de perros. Le gusta jugar un poco violento. Así que para él era como un juego. Yo tenía protecciones por todas partes debajo de mi jersey. No hubo accidentes, nada malo, todo bien, pero estábamos muy, muy, muy, muy cansados.

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Me encanta una escena de la película en la que un grupo de filósofos, teólogos y demás expertos forman un jurado para juzgar al perro. ¿Por qué era importante introducir esta escena en la película?

Porque un perro puede ser un individuo, pero para juzgarlo hay que decidir si hay que juzgarlo como adolescente, como persona con un trastorno mental, como drogadicto... ¿Qué tipo de conciencia tiene? Para eso, a veces en los juicios hacen que venga un comité ético para hablar sobre los valores de la conciencia, por ejemplo. Entonces... ¿qué tipo de lógica? Vendrían y darían su opinión sobre la conciencia. Por supuesto, se habla del alma, que es un vocabulario muy antiguo, pero es un vocabulario religioso. Todo se vuelve una mierda, porque se habla de la conciencia, cómo tenemos que juzgar al perro, depende de su edad, de lo que diga la religión y la filosofía, la ciencia animal al respecto...

Un perro puede ser un individuo, pero para juzgarlo hay que decidir si hay que juzgarlo como adolescente, como persona con un trastorno mental, como drogadicto... ¿Qué tipo de conciencia tiene?

Aparte de Cosmos, está Avril, la abogada protagonista y el personaje al que interpretas. Es una persona que mira más allá y lucha contra lo establecido, ¿qué significó para ti?

Me gustan las personas poco convencionales. Avril es poco convencional porque es frágil, vulnerable, porque no es perfecta en absoluto. Tiene problemas con su voz, lo cual es un problema bastante grande cuando eres abogada. Y además es una mujer de 40 años, por lo que está atrapada entre dos movimientos feministas. El movimiento Me Too llegó en 2017, por lo que sabe que tiene que construir una relación con los hombres diferente a la que tenía antes, pero no sabe cómo hacerlo. Para mí, esta mujer se salva a sí misma y se encuentra a sí misma al intentar salvar a este perro. Encuentra una manera de expresarse. Descubre que no importa si tiene una voz grave o aguda, se trata de lo que dice y de cómo se siente condenada por lo que dice.

Hay una escena en la que Avril está a muchas cosas al mismo tiempo: está llamando a servicios sociales, mientras para una pelea y firma una petición para cerrar una central nuclear. Para mí es un retrato de nuestro día a día porque estamos preocupados por demasiadas cosas. En este sentido, ¿la película es optimista o pesimista? ¿Hay esperanza en nuestras preocupaciones?

Creo que siempre seré optimista. Creo que la película es optimista, al menos para las mujeres, porque las mujeres han cambiado mucho. Menos optimistas para el perro y, a través del perro, menos optimistas en nuestra relación con otras especies, la ecología, que es un caso muy, muy difícil. Pero realmente soy optimista. Así que la película es optimista para mí. Pero la realidad es dura.

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