El peor accidente de un rodaje en la historia de Hollywood: 10 personas fallecieron dirigiendo una escena
Randy Meeks
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

Los inicios del cine eran peor que el Salvaje Oeste, definitivamente

Todo empezó el 4 de julio de 1928. Por aquel entonces, el banquero Alfred Leowenstein era la tercera persona más rica del mundo. Todo le iba bien: poseía varios negocios, varias casas y a sus 51 años gozaba de buena salud. Nada hacía sospechar que ese día se montaría en su avioneta privada junto con otras seis personas y sucedería la tragedia más fantasmagórica de la época. Se fue al lavabo y simplemente no volvió jamás, todo un misterio... que se solucionó 15 días después, cuando recuperaron su cuerpo y comprobaron que había caído desde lo alto. ¿Accidente? ¿Asesinato? ¿Fingió su propia muerte? Eso me temo que nunca lo sabremos.

La muerte llega volando

Este suceso llevó a que la escritora Elinor Glyn hiciera una novela el año siguiente, y que el mítico Ernest Vajda la llevara en 1930 a guion. Un guion que debía dirigir Kenneth Hawks, el hermano de Howard Hawks, en su tercera película y, de calle, la más ambiciosa. Hawks tenía 31 años y mucha ambición, por lo que decidió rodar las escenas aéreas él mismo, con su equipo, desde otro avión, en lugar de fingirlas en un estudio.

El resultado fue un desastre. A poca distancia de Santa Monica, en California, se dispuso a grabar la escena en la que el héroe, Warner Baxter (o su doble, más bien) saltaba en paracaídas desde el avión. Pero quiso la mala suerte que las alas de su vehículo y las del que llevaba al equipo técnico chocaran. Acabaron colisionando y explotando en el suelo en la mayor catástrofe de la historia del cine: diez personas fallecieron en el acto.

Fox

Entre los cadáveres encontraron a Hawks, su director de fotografía (Conrad Wells), su asistente de dirección (Max Gold), los cámaras (Otho Jordan y Ben Frankel), dos pilotos y dos encargados de efectos visuales. De hecho, al caer al mar y con las herramientas de hace un siglo, solo pudieron recuperar cinco de los diez cuerpos. Eso sí, en este caso no había ningún enigma que solucionar: tras la explosión era imposible que ninguno sobreviviera. ¡Ah! Si te estás preguntando qué pasó con la película... Como estaban cerca del final del rodaje, cogieron otro director, terminaron y estrenaron con el nombre de Hombres peligrosos. Eran otros tiempos.

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