Mientras Brad Bird dirigía Los Increíbles, el mismísimo Hayao Miyazaki, el director de La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro, se acercó a Pixar y pudo ver un avance de la película. Al terminar, Bird le preguntó qué le parecía, si le gustaba o era un "sinsentido americano". Miyazaki le respondió que lo que estaba intentando hacer era muy atrevido para una película yanqui. Y es entonces cuando Bird supo que iba por el buen camino. Siendo honestos, yo no habría pensado en otra cosa durante el siguiente medio año.
Dame todo el power
Los increíbles, que originalmente era un intento de homenajear las películas de espías de la infancia de Bird, allá por los años 60, se iba a hacer originalmente en dos dimensiones pero se vio obligado a pivotar tras el (injustísimo) fracaso de El gigante de hierro. Eso no impidió que el director lo diera todo hasta puntos inconcebibles en una película de animación de inicios de siglo.
Valga un ejemplo: en un momento se puede ver la ficha de Mr. Increíble, que dura en pantalla solo unos segundos, pero en la que, si pausamos, descubriremos varias cosas sobre él. Por ejemplo, que ganó el "legendario concurso de comida" en un picnic de la agencia, comiendo 47 tartas de moras, 8 cremas de plátano, 3 galletas de manzana y un litro de mayonesa. Y que en la NSA le llamaban "Mr. Inedible". Pero quizá lo más interesante sea un poder que durante la película se nos oculta.
Pixar
En la ficha se nos señala que además de "Mega fuerza" y su coche repleto de armamento, Mr. Increíble tiene la "habilidad de sentir el peligro inminente". Puede parecer una tontería, pero es cierto que si vuelves a ver la película con este dato en mente notarás cómo hay momentos donde es capaz de anticiparse a las acciones de los enemigos o averiguar que hay alguien más en una habitación totalmente a oscuras. Sin duda... Increíble.
