Sabemos que Netflix es la reina del entretenimiento sin ambiciones. Esas películas a las que no pides nada y que no te piden nada son su seña de identidad y lo que muchas veces te puede sacar una sonrisa en una mala tarde de domingo.
Su top 10 global está compuesto por títulos muy diferentes, pero uno de ellos es Mi lista de deseos, una película que encaja perfectamente en la descripción que hacíamos de cinta sencilla y resultona. Se estrenó el pasado 28 de marzo y ha permanecido en lo más visto de la plataforma desde entonces. 5 semanas consecutivas y la tercera posición en la clasificación que demuestran que está gustando al público.
La película se centra en Rose, una joven que ha perdido a su madre, Alex, y la echa profundamente de menos. Lo que no sabe es que antes de morir dejó preparadas varias cintas, pero si quiere conseguir cada una de ellas tiene que hacer algo: cumplir la lista de deseos que escribió cuando tenía 13 años. El abogado de la familia es el encargado de ir dándole las grabaciones por cada cosa que realice, de este modo Rose se apunta a una noche de micrófono abierto en un club de comedia, da clases en un refugio de mujeres o se hace un tatuaje.
Con lo que no contaba es que, poco a poco, irá descubriendo secretos de familia y, lo más importante, se va descubriendo a sí misma.
Netflix
Escrita y dirigida por Adam Brooks (Definitivamente quizás) y producida por Liza Chasin (Stillwater), la película está basada en el libro homónimo de Lori Nelson Spielman. Aunque pueda parecer la premisa de cualquier película de sobremesa, para el director es un tema muy personal. "En cierto modo, fue bueno para mí y para la película: desde que escribí [el borrador del guion], vi a mis hijos pasar por sus propias dificultades a los veinte años y perdí a mis padres y a mi hermano menor. Los temas de la película se habían profundizado en mí", cuenta en Tudum.
Como suele pasar en estos casos, el público le ha dado una nota aceptable -un 70% actualmente en Rotten Tomatoes-, mientras que la crítica la ha suspendido -con un 45% en la misma plataforma de valoración-. ¿La razón? No deja de ser un guion predecible que tira demasiado de los emociones.
"Siendo sinceros, la película no aporta nada nuevo al género. La trama es sencilla y, por momentos, da la sensación de que los guionistas no se esforzaron mucho en añadir profundidad u originalidad. Los arcos argumentales de los personajes siguen una trayectoria predecible, lo que facilita adivinar qué sucederá después. Sin embargo, lo que a La lista de deseos le falta de creatividad lo compensa con momentos conmovedores", dice un usuario en su reseña de Google, dando voz a lo que opinan muchos espectadores.
No es digna del Oscar ni de pasar a la historia del cine pero es suficiente para muchos suscriptores de Netflix que lo que buscan es una bonita comedia romántica con algo de fondo y mucho 'feel good'.